D. : Maestro ¿ Puedes explicarme por favor cuál es la causa de este sufrimiento continuo? ¿Por qué a veces creo que he superado el sufrimiento pero aparece algo nuevo que me hace sufrir?
M. : Porque estás girando en la continua rueda del samsara.
D.: ¿Y cuándo me metí en esta rueda?
M. : Cuando olvidaste quien eres: Debido a la ignorancia de no saber quién eres, te identificaste con un cuerpo, con un nombre y con una identidad separándote de la unidad que eres; al hacer esto, se creó un yo y un tú, y te pasas la vida centrado en ti mismo esperando que ese tú llene tus vacíos. Si las acciones de ese tú te dan placer, entonces lo aceptas y te sientes dichoso y crees que estás completo; si las acciones de ese tú te generan dolor, dices que no lo quieres y lo rechazas. Tu vida gira en torno a ese apego a lo que te da placer, pero luego se acaba y aparece el dolor porque lo perdiste; esperas ansioso encontrar algo que te dé placer infinito y temes morir antes de alcanzarlo. Pero la muerte llega, y como no conseguiste eso que deseabas, vuelves a nacer y se reactivan los mismos impulsos; así continúas nuevamente en la ignorancia, en el egoísmo, en el apego, en la aversión, en el temor a la muerte. El ciclo de nacer y morir se repite una y otra vez continuando con la misma historia.
D. : ¿ y cómo me salgo de esa rueda?
M. : Recordando lo Eres a través de lo que no eres
D. : y como lo hago?
M.: Hay dos Maneras: Una es la entrega total a Dios en la cual reconoces que tú no eres el que actúas y dejas que Dios actúe a través de ti, la otra es mediante una práctica continua con desapego y discernimiento constante.
D.: La entrega total a dios es clara, pero a mí me resulta difícil. ¿Me puedes explicar por favor la segunda?
M.: ¡Claro que sí!, responde el Maestro. Cuando en tu vida diaria comienzas a darte cuenta de que lo que ves hoy está teñido de las esperanzas y temores del pasado, cuando durante la vigilia permaneces despierto y no dejas que tu consciencia se duerma permitiendo que los sentidos caminen sin rumbo y de esa manera te preparas un sueño consciente, cuando no dejas que la fantasía descanse sobre imágenes que no tienen existencia real, cuando al encender la luz de tu interior te das cuenta que confundiste una cuerda con una serpiente, cuando no dejas que una imagen mental cree tu realidad, cuando comienzas a estudiar las escrituras sagradas porque te dijeron que allí podrías encontrar las respuestas para saber quién eres, y en ese estudio descubres que era necesario entrar en el silencio de la meditación, entonces tu vida se convirtió en una continua meditación donde actuabas sin actuar, pensabas sin pensar, deseabas sin desear; y fue así como un milagro sucedió: la mente se aquietó. Cuando la mente estuvo quieta, pudiste verte reflejado en toda la creación. ENTONCES SENTISTE QUE ERES AMOR, QUE ERES TOTALIDAD, EXPERIMENTASTE LA LIBERTAD Y ASI TE FUNDISTE DE NUEVO CON LO QUE ERES DE VERDAD.
Sembrado por Lucelly Duque (Mayo 2020)
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