CAPÍTULO 1: EL DESALIENTO DE ARJUNA

by - febrero 17, 2021

El sonido de las caracolas como llamado a la batalla.


En el resumen anterior podemos entender el contexto en el que se está gestando esta batalla y quiénes son sus protagonistas y antagonistas. Por un lado están los Pandavas que representan la facultad de discernimiento o
Budhi, y por el otro está la mente adicta al afuera, que es el Manas, y que se encarga de los diez Indriyas, cinco  Jñana   Indriyas  u órganos de conocimiento (vista, oído, tacto, gusto y olfato) y cinco Karma  Indriyas  u órganos de acción (manos, pies, la lengua, órganos de reproducción y de excreción). Los órganos de la acción y los órganos de los sentidos, que si bien son necesarios para establecer una relación con el mundo externo, cuando se pierde la capacidad de direccionarlos, terminan al servicio de los deseos y con ello se proyectan como tiranos insaciables.


Este primer capítulo es titulado “El desaliento de Arjuna” y sobresalen 4 ejes sobre los cuales se teje este primer Capítulo.


-El primero de ellos hace referencia al campo de batalla llamado Kurukshetra y todas las dimensiones que representa. 


-El segundo, el simbolismo de los nombres de los generales de los respectivos ejércitos


-El tercero es el significado del sonido de las caracolas antes de la batalla.


-El cuarto habla justo de ese desaliento de Arjuna que lo lleva a querer negar la batalla.


El campo de batalla.


La narración de la historia inicia cuando Dhritarashtra (El Rey Ciego-La mente cegada por los sentidos) pregunta a Sanjaya (quien representa la visión neutral) que le cuente qué pasó en la sagrada llanura de Kurukshetra, lugar escogido para la batalla.


Esa pregunta de Dhritarashtra ¿Qué fue lo que pasó? Es una invitación a autocuestionarnos permanentemente como una forma de cultivar esa facultad de discernir y allí es donde entra el gran trabajo de Yoga, observarnos y preguntarnos qué batalla estamos ganando. Una forma de observarnos es justamente la meditación pero para que la meditación se pueda dar necesitamos enfrentar ciertas batallas cada una de ellas en un campo de Kurukshetra diferente.


Una primera batalla es en el campo de Kurutshetra físico, que implica tanto la dimensión material como corporal, en ello se propone purificar y fortalecernos en el campo de la materia que es campo en el que tenemos mayor posibilidad de acción, entonces la batalla es por fortalecer y purificar el cuerpo y por no sucumbir ante la inercia de la materia.


Luego viene una batalla en el campo de Kurukshetra mental, allí cuando queremos silenciar u observar la mente, las viejas tendencias se resisten y se libra un batalla por devolverle el reino a la intuición y despojar del control al deseo y las tendencias instintivas.


Finalmente está la batalla en el campo de Kurukshetra espiritual, en donde la batalla es por superar el sentido de separación que se presenta desde el ego, que alimentado por los deseos trata de convertirse en el protagonista de la vida, suplantando al espíritu y promoviendo un sentido de separación.  


El rol del Ego:


Tras la pregunta de Dhritarashtra, Sanjaya comienza contando como el Rey Duryodhana (quien representa la ambición por el poder) hace alarde de los hombres que tiene alistados en su ejército y describe una por una las habilidades de cada uno de sus guerreros y presenta al general de su ejército Bhishma, ordenando a todo su ejército los Kauravas como estrategia par lograr el triunfo de guerra mantener vivo a Bhishma.


Bhishma representa al EGO, el Ego llamado Ahamkara o sentido de individualidad, hace parte de la mente o Chitta y se encarga de proveer una identidad, un sentido del yo. El ego no es que sea malo por sí mismo, sino que se encuentra al servicio de la versión de sí mismo que más se haya cultivado y en este caso Bhishma-Ego se encuentra al servicio de los deseos, los sentidos y las tendencias de la mente representadas en el bando de la kauravas, que son quienes se han adueñado del reino y han puesto a Bhishma a su servicio.


Duryodhana ordena mantener vivo a Bhishma, porque sabe que son los deseos, los impulsos y las tendencias mentales las que han alimentado esa versión del ego, y aunque en la batalla se logren exterminar algunas de estas, el ego como fiel sirviente se encargará de reconstruirlas basado en los patrones que le dieron forma.


La manera de contrarrestar y quitarle fuerza al ego es cambiar las fuentes de donde se alimenta, en este caso alejarlo del deseo y los sentidos para que no se identifique con estos, y pueda nutrirse de facultades internas como por ejemplo el discernimiento.


Bhishma–El ego, tanto en la historia como en nuestra vida no puede morir, sino que es el ego mismo el que debe orientar a sus antiguos rivales somo cómo desactivarlo, y en este caso logra ser neutralizado por la fuerza de la voluntad, representada en esta historia por las flechas de Arjuna.


Los generales de los dos ejércitos:


Cuando Samjaya está narrando a Dhritarashtra la historia, le describe que hay guerreros

valerosos en ambos bandos, ya hemos hablado de los guerreros de los Kauravas.


Del lado de los Pandavas se encuentran los cinco hermanos que representan los centros energéticos (Los Chackras) hasta la 5° frecuencia y Khrisna representa el tercer ojo. Están otros guerreros que son aquellas virtudes o cualidades que se van cultivando por la práctica o incluso la práctica en sí misma. Por ejemplo los diferentes generales de los pandavas representan: La devoción divina (shraddha), vitalidad y valentía (virya), recuerdo espiritual (smriti), éxtasis (samadhi), inteligencia discernidora (prajna), desapasionamiento (tivra-samvega), resistencia (yama), adhesión (niyamas), postura (asana), cultivo de la fuerza vital (pranayamas), interiorización (pratyahara), autodominio (samyama), la energía creativa (kundalini), y que son los que le dan fuerza a esta facción del ejército.


Manteniendo la Analogía en el lado de los Kauravas sus principales generales son: El engaño individual (avidya), el ego (ashmita), el apego (raga), la repulsión (dvesha), la inclinación a apegarse al cuerpo (abhinivesha), la acción material (karma), el hábito (samskara) o la tendencia interna (vilaka), deseo latente (vasana) que representan los kleshas o afliciones unidas a las facultades de la mente. Llevando a que este bando se encuentre al servicio de: la sensualidad (kama), la ira (krodha), la codicia (lobha), la ilusión (moha), el orgulla (mada), la envidia (matsarya). Que son las cualidades del ego que está identificado con la materialidad.   


El resultado de la batalla, dependerá entonces de los liderazgos de estos generales, y la fortaleza de estos se determinará por la energía que les destinemos y la cercanía que tengan con nosotros.


Las caracolas:


Estando los ejércitos dispuestos a la batalla se propone la narración de una confrontación sonora, por un lado se encuentra el ruido proveniente de los tambores de los Kauravas, que estremecen y atemorizan con su vibración disonante, y como contraparte están las caracolas de los pandavas, simbolizando el sonido envolvente proveniente del silencio, y fruto de la armonía interior, que se pueden manifestar en los mantras y en la oración. En este sentido las caracolas y el silencio son una forma de neutralizar ese ruido de la mente caótica e inestable.


La duda:


Prosigue en su narración Samjaya.


Arjuna el mejor de los guerreros de los Pandavas es quien pide a Krishna su cochero (el poder de discernir) que lo lleve a la mitad del campo para observar a sus adversarios. De ahí se deriva una invitación al desarrollo de una técnica básica de autoconocimiento: “sólo observar”, que viene muy bien en esos momentos de confusión y de caos, porque antes de actuar hay que aprender a situarse en el medio y dedicarse simplemente a observar. 


Cuando Arjuna observó quienes estaban en el bando contrario: abuelos, tíos, primos, sus compañeros, maestros y demás familiares (que simbolizan todas nuestras tendencias, hábitos, costumbres,) se sintió temeroso, con duda y dispuesto a renunciar a la batalla.


Esta lucha es por cambiar esa inercia que nos mantiene en viejos patrones, tenemos una resistencia natural frente al cambio, los lamentos son la justificación para no lanzarnos hacia algo que nos produce incertidumbre o miedo por el desconocimiento, nos negamos a salir de lo conocido, no queremos confrontar lo habitual.


Arjuna justifica su impulso por renunciar a la batalla porque siente que de la guerra sólo devendrá la muerte de muchos hombres, y con ellos se perderán las tradiciones, dejando a la sociedad sin líderes, lo que evidentemente conduciría a la pérdida de orden social de las castas, al abandono de los ritos a los ancestros, y a todas tradiciones que han mantenido en pie la sociedad, y por notar que los efectos de esta guerra no serán tan positivos para su pueblo es vacila y se debate sobre el qué hacer. 


Esta batalla en todos estos campos implica un esfuerzo sobrehumano, dar la batalla contra todo lo que ya está establecido, frente a las costumbres y tendencias que han gobernado la mayor parte de la vida, preservando la inercia de nuestra condición humana que implica sucumbir a nuestros deseos, acumular bienes materiales, identificarnos con nuestros pensamientos hasta ser esclavos de ellos, no cuestionar nuestras tradiciones. Pero la batalla es justamente para librarnos de esos patrones instalados y auque haya un fuerte impulso por no hacer nada al respecto, es nuestro deber vencer esa inercia para lograr la victoria. 


El sentido de la batalla es aprender y estar dispuestos a morir, para dejar que las cosas dejen de ser como siempre han sido, y poder tomar de nuevo el trono de nuestra propia vida.




Sembrado por Martha Mora y Esteban Augusto (Encuentros febrero 2021)





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