Libro 1: Samadhi Pada; Sutras 30-40

by - febrero 01, 2020

"La práctica de concentración es la mejor manera de prevenir los obstáculos y los acompañantes" Libro 1: Sutra 32

Los obstáculos:

En el sutra 30, Patanjali menciona los nueve obstáculos que pueden presentarse para alcanzar el estado de yoga y que en general pueden aplicarse a cualquier aspecto de la vida, estos son:

  •  Enfermedad, 
  •  Apatía mental, 
  •  Duda, 
  •  Falta de entusiasmo, 
  •  Pereza, 
  • Apego al placer, 
  •  Falsa percepción, 
  •  Incapacidad de practicar y mantener la concentración e 
  •  Imposibilidad de mantener el terreno ganado. 

Las manifestaciones de los obstáculos:


 Estos nueve obstáculos se presentan de cuatro formas, que pueden entenderse como síntomas, los cuales son más tangibles y por lo tanto permiten identificar con mayor facilidad cuando se manifiestan los obstáculos, estos son: 
  •  Aflicción, 
  •  Desesperación, 
  •  Temblor corporal y 
  •  Respiración perturbada. 

 Las estructuras más densas se hacen sentir a través de estos cuatro síntomas que son el reflejo de lo que pasa internamente. La estructura corporal se queja a través de la vibración, del dolor y del temblor. La respiración se corta como un mensaje interno que nos indica desajustes en nuestra estructura pránica. La aflicción y la ansiedad por su parte, tienen que ver con la estructura mental indicándonos que hemos perdido la noción del presente y nos estamos instalando en el pasado o en el futuro. 


La técnica de la concentración:


 Para prevenir estos obstáculos se propone la práctica de la concentración, a través de la cual podemos iniciar el camino de purificación y restructuración. La purificación es el trabajo de reconocer y desprenderse de lo que no se es, es entender que no somos los obstáculos, ni las manifestaciones de esos obstáculos; al desidentificarnos de lo que no somos podemos comenzar a reestructurarnos, unificándonos con lo que sí somos. El vivir hace que siempre nos estemos identificando con algo que no somos y que posteriormente debemos purificar para reestructurarnos nuevamente con lo que sí somos. El ciclo de purificación y restructuración debe ser una constante en nuestra vida y nunca podemos darlo por terminado. 

 La práctica de la concentración invita a centrarse en un objeto único, no solo durante la meditación sino a lo largo del tiempo y no cuestionarse la validez del objeto elegido. Como lo dice Sri Swami Satchinanda: “Cualquier cosa te puede llevar a la meta, porque la concentración en el objeto no es por el objeto en sí mismo, sino por la meta que te has propuesto”. 


La actitud en la cotidianidad:


 Pero antes de entrar de lleno en la práctica de la concentración, los sutras sugieren trabajar en la conservación de la paz en la vida diaria, cultivando vrittis altruistas, enfocándonos en vivir de una forma menos dolorosa y fluyendo según las situaciones y las personas que nos rodean, para ello se proponen una serie de actitudes como reacción a la cotidianidad. Se sugiere cultivar la amistad con el feliz, la compasión con el infeliz, deleitarse con las virtudes de otros y ser ecuánime con el que consideramos no está obrando bien. Pero para poder llegar a actuar de esta forma, es necesario ser capaces de identificar las emociones que nos generan lo que sucede a nuestro alrededor y normalmente no sabemos identificar y muchos menos gestionar las emociones, para poder hacerlo debemos afinar primero nuestra capacidad para observar y para esto es útil el uso de los objetos de concentración que se sugieren. Estos objetos de concentración no son más que cosas artificiales que permiten desarrollar la conciencia, para luego poder ver lo que está sucediendo en la vida cotidiana, entenderlo y lograr tener actitudes acordes a cada situación, permitiéndonos mantener la mente en calma. 


Focos de concentración:


 Con este fin, Patanjali propone varios focos de concentración, que buscan romper el ciclo de estar afuera y comenzar a centrarse en el adentro. Para practicar con cualquiera de estos objetos se debe tener en cuenta que los pensamientos siempre suceden y que por eso no se puede entrar en conflicto con ellos, al luchar con las ideas que van apareciendo lo único que logramos es aumentarles la energía, activándolas más. Las propuestas de objetos de concentración son: 

  • Concentrarse en la respiración: Se hace especial énfasis en el trabajo de contención (retención luego de la exhalación), ya que cuando se suspende la respiración, se suspenden los vrittis propiciando un estado de relajación del cuerpo y de calma en la mente. La inhalación está regida por píngala nadhi y conecta con el afuera, cuando exhalamos activamos ida nadhi y nos conectamos con el adentro. En la retención no estamos en ida ni en píngala, estamos en el canal central sushumna nadhi. Antes de trabajar la retención es necesario cultivar la exhalación que es el paso previo para luego sí, trabajar en la retención. En esta técnica se trabaja en Pranamaya kosha
  • Concentrarse en la percepción de los sentidos: Las sensaciones al igual que la respiración solo suceden en el presente, el trabajo consiste en tratar de quedarnos solo en la sensación como tal y no en el juicio que constantemente está emitiendo la mente cuando percibe, la sensación sucede antes de la calificación, el objetivo es quedarme en ese momento. El trabajo con las sensaciones puede ayudar a agudizar algunos sentidos sutiles. En esta técnica se trabaja con Manumaya Kosha. 
  • Concentrarse en la luz que habita en el interior de uno mismo: Se puede trabajar visualizando una luz brillante en el centro del pecho o en el entrecejo. La luz nos ayuda a llevar claridad a todo y trabajar en la facultad de observar al que observa. Como Swami Satchitananda dice “Al principio uno tiene que imaginarse esta luz, que más tarde se hace una realidad”, con la práctica el objeto de observación se va haciendo cada vez más sutil, hasta que podemos hacernos conscientes de la luz divina que habita en nosotros y en todo cuanto nos rodea. Esta técnica está dirigida a Vjanamaya Kosha al trabajar en la facultad de percibir. 
  • Concentrarse en alguien que nos inspire: Esta concentración puede verse desde el punto de vista iniciático, buscando ir de la mano con alguien que ya haya recorrido el camino, dejándonos guiar por alguien más y soltando el control o puede entenderse también como concentrarnos en las cualidades de alguien que nos inspira que no necesariamente tiene que ser un maestro sino que puede ser alguien cercano que nos genere sensación de claridad. 
  • Concentración en la experiencia tenida en el sueño profundo: concentrarse en el punto en que se pasa de la ensoñación al sueño profundo, en el vacío más allá del sueño. Concentrarse en el momento en que se experimenta la cesación de los pensamientos pero con conciencia. En el sueño emerge todo lo que no se ha podido desarrollar en el estado de vigilia y el Ser nos habla. 
  • O meditar sobre cualquier cosa elevada que uno elija: Patánjali deja abierta la posibilidad de elegir libremente el objeto sobre el que deseamos dirigir nuestra atención, la recomendación que viene unida a este sutra es que es posible meditar sobre cualquier cosa que pueda inspirar pensamientos elevados en nosotros, ya sea que nosotros mismos lo elijamos o que nos dejemos guiar por una persona que ya ha recorrido el camino y pueda aconsejarnos al respecto. 
 Como se muestra en estos sutras, existe más de una manera de recorrer el camino y está en nosotros decidir la forma de hacerlo, lo importante es escoger un único objeto y permanecer constantes en el trabajo de atención sobre este objeto. Para escoger este objeto podemos además de dejarnos guiar, explorar inicialmente, distintos caminos buscando el que más resuene con nosotros y luego de elegirlo evitar cambiarlo y ser persistentes en el trabajo con el objeto elegido. 

 Si se mantiene la constancia en un único objeto, se trabaja la capacidad de dirigir la atención sobre este objeto, desarrollando la facultad de concentración lo suficiente como para lograr experimentar el estado de meditación. Después de lograr experimentar este estado es posible experimentarlo usando cualquier otro objeto, porque ya se conoce el camino y se experimentó la sensación. 

Desarrollar la constancia es trascender los impulsos de dispersión que están presentes en la mente y tener confianza en que cualquier camino que elija me va a llevar el mismo lugar. En la medida en que se logra estar enfocado en pequeñas cosas es posible ser consciente de todo lo que está sucediendo e ir expandiendo esta conciencia a todo lo que está pasando, alcanzando tal maestría en la concentración que permita establecerse desde aspectos muy pequeños hasta otros de gran tamaño.

Sembrado por  Elisa Ochoa y Esteban Augusto (Encuentros noviembre 2019)

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