Libro 2: Sadhana Pada; sutras 49-53

by - marzo 23, 2020

"Pranayama es la detención de la inhalación y la exhalación" Libro 2: Sutra 49

PRANAYAMA:

Así como lo abordamos en el apartado anterior, cuando tocamos el tema de asana, es importante tener en cuenta que la visión que propone Patanjali de muchos de los temas tratados es distinta a la visión que hoy en día tenemos de ellos y eso incluye al concepto de pranayama; una cosa es pranayama como lo propone Patanjali y otra cosa son los protocolos específicos de prácticas respiratorias que hoy en día suelen entenderse como pranayamas.

El pranayama, como lo expone Patanjali, se refiere a la suspensión del aliento, por ello la práctica del pranayama es el momento donde el aire se suspende. Todos los ejercicios de pranayamas que actualmente hacemos, no son más que el entrenamiento para esos momentos en que el aire se suspende. 

Los momentos de la respiración:


 El ejercicio previo a la suspensión del aliento es el entrenamiento de los tres momentos de la respiración, que son: la inhalación, la exhalación y la retención. La retención que aquí se expone, tiene dos elementos, una retención interna y una retención externa, donde ambas requieren esfuerzo. La retención interna es cuando el aire se suspende adentro, la externa es cuando el aire se mantiene afuera. El entrenamiento de inhalar, de retener y de exhalar se convierten en la fase previa a desarrollar la suspensión del aliento (kevala kumbhaka), que es el momento en el cual, sin esfuerzo, la respiración cesa. 

 Si observamos con detenimiento, podemos descubrir que el aire se suspende en muchos momentos, por ejemplo cuando nos dan una noticia importante, en un momento de absoluta felicidad o contemplación, y en momentos como estos es en donde se nos hace más fácil estar más conscientes del momento presente. 


La respiración y los canales laterales:


 El ciclo de inhalación rige el canal solar y se relaciona con nuestra relación con el afuera y el de exhalación el canal lunar que se vincula con nuestra relación con el adentro, mientras que las retenciones son el punto en que nos ubicamos en el centro. El trabajo es entrenar las retenciones para que dejen de ser una habilidad exquisita y forzada, y se conviertan en un elemento más cotidiano para que puedan suceder naturalmente. En los momentos en los que se suspende el aliento, donde no estoy en el lado lunar ni en el lado solar, es donde me encuentro en el centro y en este punto de equilibrio entre ambos es donde se da una mayor capacidad del sistema nervioso, donde todas las facultades sensitivas están mucho más receptivas. Cuando contemplamos un paisaje, un atardecer, algo que nos conmueve y nos olvidamos de respirar, es síntoma de que nuestras facultades sensitivas están muy presentes. 


Ser testigo de la respiración espontánea:


 Muchas veces solemos creer que un practicante de yoga debe tener siempre respiraciones yóguicas completas, pero estas no son más que el entrenamiento para desarrollar una respiración espontánea. A medida que entrenemos y ampliemos la capacidad respiratoria, nuestra respiración espontánea puede llegar a ser mucho más potente. La magia es poder desarrollar un momento de respiración espontánea, en ese momento simplemente nos quitamos del medio y cuando nos quitamos del medio, dejamos de tratar de ejercer control y dejamos que la naturaleza sea la que nos insufle el aire y que cuando sea el momento sea también ella la que saque el aire de nuestro cuerpo. 

 Cuando nos convertimos en testigos de la respiración nos damos también cuenta de que hay un momento en el que no está entrando ni está saliendo aire, ese es el momento de la suspensión de la respiración, en el que se equilibra la polaridad de ida y pingala, este es el momento en el que se orienta todo el proceso respiratorio energético con tendencia hacia el canal central. 

 Los pranayamas que hacemos hoy en día se convierten en el entrenamiento para que se puedan experimentar esos momentos de respiración espontánea que nos llevan a la suspensión de la respiración. Hay momentos en que nos sentamos a meditar y llega un punto en el que se alcanza un estado de concentración tal que sin darnos cuenta dejamos de respirar momentáneamente. A este mismo estado de suspensión de la respiración llegamos cuando nos sumergimos en contemplar un bello atardecer, por ejemplo. En ambas situaciones llegamos a desarrollar estados internos similares, y esa es la razón de ser del pranayama y de toda la técnica respiratoria que está orientada a afianzar la facultad de inhalar, de retener y de exhalar. 

 Se establece la quietud corporal (asana) para encontrar el centro y así tener condiciones adecuadas para que se suspenda la respiración (pranayama) y poder reafirmar así ese centro.

Sembrado por Elisa Ochoa y Esteban Augusto (Encuentros Febrero 2020)

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