Cristo y Crisis

by - abril 10, 2020

Foto del cristo redentor, Rio de Janeiro. 2016.

Un muy buen amigo siempre decía que "Cristo se escribe con crisis". Diciendo que todos aquellos que querían seguir el camino del Cristo no podían eludir las crisis que se les presentarían en el camino. Y hoy se me hace más claro entender que cada una de nuestras crisis es la que nos ayuda a cultivar ese Cristo interior, capaz de demostrar el amor y el servicio en cada uno de los actos de su vida. 

 Entender esta frase me lleva a valorar el importante lugar que tienen las crisis, porque son estas las mejores oportunidades de morir para disponernos a renacer, porque cada crisis nos conforta con todo aquello que damos por cierto, y al trascenderlas podemos encontrar una nueva forma de ser y de estar en el mundo. 

 Yendo al personaje del Cristo, cabe decir que como símbolo, representa una de las claves para entender nuestro rol como humanos, porque en la historia de su vida están develados diferentes arquetipos que nos guían por el camino de la sabiduría. 

 En primer lugar está el NIÑO inocente que deriva su sabiduría de su propia inocencia, que no es ingenuidad, sino absoluta receptividad, este niño representa el la sabiduría del desprenderse de las ideas previas para estar en total atención a lo que está sucediendo. 

 También está el APRENDIZ, que está dispuesto a ver en todo y todos una oportunidad para seguir creciendo, y que es capaz de reconocer las diferentes fuentes de sabiduría que le rodean, indicando la sabiduría que se desprende del entender que el camino es siempre continuo y que el aprendizaje es eterno. 

 Está también el REVOLUCIONARIO, capaz de levantarse contra todo aquello que produce ignorancia y sufrimiento, y a quien las manos no le tiemblan para denunciar las injusticias, pero a su vez siempre están abiertas y dispuestas para acompañar y compartir con lo que necesitan de su compañía. Este ser revolucionario guarda la sabiduría del discernimiento capaz de esclarecer el camino para afrontar cada situación desde el lado de la Verdad y de la Vida.

Otro de sus roles es el de MAESTRO, recordándonos que aquel que está en camino de la sabiduría no puede escapar del compartir lo que sabe, y su labor es, desde la absoluta compasión, ponerse al servicio de todos aquellos que le necesiten, y unas de las particularidades de su desempeño como maestro son el cariño y la cercanía para con quienes le rodean, sumada a la capacidad de traducir los conocimientos más trascendentales en historias entendibles por todo tipo de públicos, demostrándonos como la sabiduría del dar se manifiesta por el mero hecho de estar disponible para los demás. 

 Y un último de estos arquetipos a mencionar es el de el AMOR en sí mismo, que no es más que aceptación de Todo lo que es, y que se manifiesta en su dedicación al oficio sagrado, el sacro-oficio, del sacrificio, donde desde el entender el continum Vida-Muerte, es capaz de ofrecer su vida por un bien mayor que sus intereses personales, guiándonos hacia la sabiduría de servir a algo más grande que nosotros mismos, estado siempre dispuestos a morir en cada crisis para que la Vida se siga manifestando. 

Con todo esto solo resta decir que cada uno de nosotros tiene el potencial de ser un Cristo, capaz de reconstruirse en medio de cada crisis, recordado que siempre se es un niño, un aprendiz, un revolucionario, un maestro, pero sobre todo que siempre podemos ser Amor, y desde ahí compartir e inspirar a toda la humanidad.

Sembrado por Esteban Augusto (Abril del 2020)

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