LA ETERNIDAD EN UN PARPADEAR
Nevado Cumanday, Colombia 2021 |
“La eternidad se esconde detrás de cada parpadeo”
Hace varios años mis prioridades eran otras... tenía una vida casi monástica con mucho distanciamiento de los otros seres, me dedicaba de tiempo completo a todas las prácticas de autorealización que conocía, y mis días eran prácticamente entrenar, estudiar, meditar, cocinar y asear. No tenía donde vivir, y estaba considerándole darle una opción a estudiar una carrera en el mundo académico.
Por aquel entonces, decidí llevar mi aislamiento y mi práctica a otra octava, y me encerré en soledad durante una semana a ayunar y a practicar intensamente. Y de esta experiencia derivaron varios aprendizajes:
-Uno fue comprender que ningún sentido tiene poder experimentar los estados espirituales más “elevados o profundos” si no hay con quien compartirlos, y de ahí emprendí mi camino para construir una espiritualidad con mejores vínculos con otros seres humanos (lo que no ha sido fácil, pero ahí le seguimos pedaleando). Y desde lo cual me abrí a compartir todo esto que había estado practicando desde mi infancia, ya que siempre había sentido que sólo practicaba para mi mismo y había sido muy reacio a darme la posibilidad de enseñar.
-Otra más fue la frase “La eternidad se esconde detrás de cada parpadeo” que resonó en mí todos esos días, y que considero que ha orientado mis decisiones desde entonces, porque en el momento de experimentar que lo sagrado de la Vida puede estar accesible a cada instante, me ha ayudado a desligarme de ese sentido de idealización de querer llegar a algún lugar fijo se realización, que suele definirse como un “por allá espiritual que sólo es accesible tras muchísimos años de práctica”, y con ello se ha venido construyendo una propuesta de espiritualidad más humana, más cercana, más cotidiana, que no se queda en el extremo del aislamiento y a la práctica personal ni en el otro extremo del desvivirse por el servicio hacia los demás, sino que es una invitación a integrarnos en esa danza constante de la Vida entre el sí mismo y el nosotros, entre el adentro y el afuera, entre los trascendente y lo inmanente, que se revive en el simple acto de cerrar los ojos y con ello experimentar lo eterno que somos, para al abrirlos de nuevo poder reconocer eso infinito y eterno en los pequeños detalles presentes en este mundo del cual somos parte.
Sembrado por Esteban Augusto (Enero 2021)
1 comentarios
Me encantó!! Te felicito 😊 con anhelos de conocerte algún día!
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