ASPIRAR A QUE OTROS TAMBIÉN SEAN FELICES

by - marzo 18, 2021

Fuente de agua en las afueras del valle de Sibundoy, Putumayo, Colombia

Un día, caminaba por una montaña y me encontré con una pequeña fuente de agua que escurría al lado del camino, al acercarme a ella para calmar la sed después de una jornada de caminata, me percaté que alguien había puesto una trozo de una caña de forma tal que era mucho más fácil beber el agua.

De seguro quien lo hizo, lo hizo pensando en sí mismo, pero también se dio cuenta que otros como él pasarían por allí con sed, y decidió hacer una instalación con unas cuantas ramas y piedras para que el agua pudiera ser más accesible a todos los peregrinos.

Cosas sencillas como ese acto generoso de instalar un bebedero en una fuente de agua al lado de un camino, son parte de la prueba que lo mejor de la humanidad florece cuando aspiramos que los otros también sean felices, porque al comprender que compartimos las mismas necesidades creamos caminos para que todos podamos cumplirlas. Y esta es la forma de pensar y de vivir en colectivo, que es la verdadera forma de vivir humanamente.

Que tan opuesto es esto al que ve en la necesidad de los otros una posibilidad de satisfacer su propia aspiración la felicidad, en vez de hacer un abrevadero, montaría un puesto de venta de agua embotellada para atender la demanda de los caminantes sedientos, y con ello obtendría algo de ganancia, y dejaría el mundo más lleno de basura.

Aunque aparentemente pareciera que todos están mas felices, porque el tiene su negocio montado y los caminantes se libraron de su sed, su ceguera no le permite ver los efectos nocivos que trae su conducta, y su individualismo no le permite pensar y obrar más allá de si mismo, para enfocarse en un bienestar mayor, demostrándonos que todo el sufrimiento que hay en el mundo, procede de dedicarse a desear la solamente la felicidad personal.

Sembrado por Esteban Augusto (Febrero 2021)

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