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En un mundo donde uno levanta un piedra y se encuentra dos o tres profesores de yoga, me gustaría ofrecer públicamente unas palabras que siempre las decimos en los diferentes espacios formativos que acompañamos, sobre tres elementos que pueden cualificar la enseñanza de yoga.
El primero de ellos es sostenerse en EL APRENDIZAJE CONSTANTE, acá está el seguirse formando, seguir tomando clases, tomando cursos, recargándose de fuentes sensatas de inspiración, pero esto de estudiar yoga siempre será secundario, porque yoga no es un proceso académico, sino una experiencia práctica, por eso la invitación siempre es a sostener la práctica personal que es la verdadera fuente de aprendizaje. (Y ojo, que la práctica no es solo hacer posturitas para montar fotos o cantarse unos mantras de memoria como si fueran canciones).
Recuerdo que un buen amigo me dijo hace años que esto de ser profesor de yoga, es como un doctorado académico, pero la gran diferencia está en que estos posgrados después de que uno los aprueba, ya los "tiene", mientras que en yoga, ese “titulo” no se puede tener, sino que cada día debe sustentarse, cada día debe volver a aprobarse, y la forma de sostenerlo dependerá de tanto de nuestra práctica personal como de cada uno de nuestros actos cotidianos.
El segundo elemento implica aprender a LEER EL CONTEXTO, y en este caso es fundamental aprender a liberarnos de todas las ideas preconcebidas y estructuras prediseñadas, porque yoga es algo que solamente sucede en el presente, y debe estar en función de lo que esta sucediendo a cada momento, de acuerdo a los requerimientos y los contextos de quienes lo están practicando.
En el caminar he visto profes de esos que “se las saben todas” que se saben las palabras en sánscrito, y hasta las pronuncian bien, que se saben hasta loa sutras de memoria, pero su incapacidad de leer el grupo les impide traducir todo lo que saben para que sea funcional a cada uno de los que practican con ellos, y también he visto profes que aunque sepan relativamente poco, lo poco que saben, lo comparten sabiamente de acuerdo al contexto en el que se encuentran, y hacen maravillas con sus procesos de acompañamiento. Y ahí la clave es dejar de pretender que la gente se adapte a la práctica y empezar a proponer prácticas que se adapten a todo tipo de gentes.
El tercer elemento es TRABAJAR SOBRE SÍ MISMO, y esto implica reconocer que uno no es el protagonista de la práctica, y con ello está el comprender que no todo debe girar alrededor de uno, porque a fin de cuentas el profesor debe aprender a rendirse para comprenderse como parte de algo más grande, y para dejar que la práctica sea a través de el.
Este elemento de la renuncia se hace el más complejo en un mundo como el de hoy donde todo gira alrededor de la importancia personal, dónde te miden por los “seguidores en redes”, donde los profes se creen dueños de los estudiantes, y donde al humilde lo señalan de pendejo. Así que este trabajo personal de aprender a rendirse implica reconocer que estamos sostenidos por todos los que practicaron antes de nosotros, y ahora momentáneamente estamos llevando la antorcha por todos los que practicarán después de nosotros, porqué la práctica es y seguirá siendo independiente de nosotros.
Cada uno de estos elementos es la manifestación del KRIYA YOGA en la modalidad de la enseñanza. El TAPAS se ve en el refinamiento que viene del sostener la practica y el aprendizaje constante, el SWADHYAYA se hace evidente en la capacidad de autobservacion que deviene del verme reflejado en el otro con el que comparto la práctica, y el ISHWARA PRANIDHANA se hace tangible en la capacidad de mantenerme humilde y reverenciar a todo y a todos. Y en la integración de estos tres elementos, está el verdadero potencial para que la enseñanza sea en si mismo una acción yóguica.
Ojalá que estas palabras puedan resonar en todos aquellos que se dedican a la enseñanza, y que puedan convertirse en vivencias, para que la enseñanza de yoga sea un motivo para llevar una vida desde la coherencia y la presencia.
Sembrado por Esteban Augusto (marzo 2023)
