Desde que inició el SEMILLERO DE YOGA, hace 15 años, hemos mantenido la propuesta que todas sus actividades se hagan con APORTE VOLUNTARIO, lo cual ha facilitado que muchas personas puedan formarse en este espacio, pero también ha hecho que otras tantas se alejen, eso, porque de alguna extraña manera, no son capases de sentirse vinculados a algo, sino es a través de una retribución económica.
Desde mi concepción y mi recorrido personal, he aprendido que todos estos conocimientos son absolutamente INVALUABLES, ya que los más grandes aprendizajes que he tenido nunca han estado mediados por el dinero, porque el verdadero pago que debe hacer el practicante es el sostenerse en el esfuerzo y en la constancia del cultivo interior, lo que a veces resulta mucho más costoso que aportar una cantidad monetaria con muchos ceros a la derecha.
Lo que ha pasado hoy en día es que algunas tradiciones proponen que “las cosas del espíritu” deben tener valores monetarios altos, para que las personas, al tener que dar algo a cambio, logren valorar lo que reciben, y eso encierra una verdad, la verdad del valorar y del intercambiar, pero suele desconocer el hecho que no todos nos relacionamos con el dinero en la misma proporción. También sucede que muchas personas creen que por hacer un pago económico ya tiene derecho a recibir todo lo que ellos aspiran, pero todas estas practicas internas no funcionan así, porque el aprendizaje y el trabajo interior no es directamente proporcional a la contribución monetaria, sino que depende de la disciplina y la disposición interna.
Así que hoy en día, así sea una época diferente, procuramos mantenernos fieles a las formas tradicionales de aprendizaje, y esto implica que sea el estudiante el que le dé un valor, monetario o no, al proceso, y que si de verdad está comprometido lo demuestre desde su esfuerzo, desde su disciplina, desde su puntualidad, desde su capacidad de aprender, desde su facultad de preguntar, pero sobre todo desde su disposición a enseñar cuando sea el momento.
Y si están considerando ofrendar en los grupos del semillero un aporte adicional a la dedicación, les invitamos a que sopesen cuanto recibirían monetariamente ustedes por esa misma cantidad de tiempo que están dedicándose a aprender, y a la vez consideren el tiempo de vida que ha dedicado la persona que les guía en preparase y disponerse, y puede ser que estos dos valores, sumados a sus propias capacidades económicas actuales, les ayuden a mediar una cantidad monetaria que sientan es justa por el acompañamiento y la enseñanza.
Recuerda que en esta existencia todos somos receptores, pero también podemos ser instrumentos de dar de la Vida, que siempre se comparte a través de nosotros.
Sembrado por Esteban Augusto (Abril 2020)
3 comentarios
Todo lo que se da con amor de alguna manera retorna de diferentes maneras, de ahí la importancia de evitar poner atención al que aporta o no, el valor solo lo entregamos al momento de compartir nuestra práctica, lo demás va fluyendo
ResponderEliminarGracias por esa claridad. Tocas muchos puntos que no suelen tenerse en consideración cuando se propone el aporte voluntario, consciente y solidario.
ResponderEliminarProfunda reflexión, gracias
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