UNA HISTORIA DE AMOR Y AUTOCONOCIMIENTO

by - enero 17, 2021


 

YOGA VASISHTHA (22)

LIBRO VI: NIRVÁNA KHANDA (parte I)

Apartados:

Historia de Bhagtratha 

Historia de Shikhidvaja y Chudála 

Vichara de Chudála 

Sobre los siddhis o poderes sobrenaturales 

Sobre el pránayáma

Sobre las enfermedades físicas y psíquicas

El sol y la luna, el juego de ida y píngala

La consecución de los siddhis

Historia del mísero Kiráta

Shikhidvaja abandona el mundo

Chudála se disfraza de Kumbha 

Sobre la naturaleza del placer y el dolor

El curioso nacimiento de Kumbha 

Sobre la naturaleza de la acción o kriya

Historia de la chintámani o joya del autoconocimiento

Parábola del elefante atormentado 

Explicación de estas historias 

La verdadera vairágya

Naturaleza de china

Irrealidad de la mente o "chitta" 

Iluminación de Shikhidvaja 

La división del que ve, lo visto y la visión

Irrealidad del mundo y del ego 

Irrealidad de la creación

Confirmación de la iluminación de Shikhidvaja

Irrealidad de la existencia objetiva

La mente del "jivan mukta " o liberado 

Sobre "satva ", la no mente o mente pura 

Reflexiones de Chudalá

Despertar de Shikhidvaja

Metamorfosis de Kumbha

Nupcias de Chudála y Shikhidvaja 

Visita del falso lndra 

Revelación de Chudálá


Chudála y Shikhidvaja estaban muy enamorados, vivían en un reino armonioso, provisto de comodidades. Compartían intereses y aficiones, se deleitaban en el amor, en la entrega y el compromiso mutuo, vivieron muchos años de felicidad, estudiaron con sabios y leyeron los textos sagrados, pues tenían el firme propósito de apoyarse en el camino de autoconocimiento. Se empeñaron en encontrar la respuesta a la pregunta: ¿Qué existe en este mundo que libere a la mente de todo sufrimiento?


Con el paso del tiempo, se hizo evidente que cada uno tenía una forma individual de asimilar las enseñanzas y que los caminos para responder esa pregunta eran diferentes. Es así como Chudála empezó a desidentificarse de su naturaleza material y a hacerse consciente de su naturaleza energética, entendió que no había diferencia entre ella, el sujeto, y lo otro, lo que la rodeaba, el objeto. Comprendió la relación que existe entre los pensamientos y el prana y sintió que ella, era parte de la conciencia pura en su juego de experimentarse a sí misma.


Entusiasmada por su descubrimiento del ser, la reina exclamó: ¡Por fin he alcanzado el estado supremo!. Ahora no tengo duda alguna. La mente y los sentidos no son más que reflexiones de la conciencia, absolutamente irreales cuando se les concibe como algo independiente de la propia conciencia. Lo único que existe es la conciencia. Chudála permaneció en su estado de paz, de ecuanimidad, de felicidad libre de apegos y deseos. Shikhidvaja notó su cambio y su estado de gozo, pero no pudo entender sus explicaciones sobre su liberación, su estado de vacuidad, su sentimiento de unidad, pues consideró absurdas las explicaciones de Chudála y se burló de ella. 


Chudála comprendió la incapacidad de Shikhidvaja para entenderla, pero cultivó la esperanza de encontrar la manera de que él pudiera hacerlo más adelante. Mientras tanto ella, continuó su camino, profundizaba en sus prácticas, a medida que se entrenaba en el dominio de su energía (pranayama), reordenaba su flujo y cesaba el movimiento del prana, cesaban también los pensamientos, alcanzando un estado de meditación y conciencia, no deseaba nada, no esperaba nada. Alcanzó un estado de equilibrio, entendiendo el funcionamiento de su naturaleza energética, activando los circuitos ascendentes y descendentes, sincronizándolos para despertar la Kundalini, esa energía de mayor vibración, esa chispa que se aloja en el hrídayam, en el corazón, esa manifestación más sutil de la conciencia pura, de la vacuidad, del todo y de nada, en nosotros.


Esta permanente exploración de su mente y su energía, su reflexión y práctica, su observación sin juicios, la dotó de autoconocimiento, esto le otorgó poderes, dominó la sutileza de su cuerpo lo que le permitió explorar la naturaleza de lo que la rodeaba, visitó otros mundos y entró en contacto con sabios y maestros, sin apartarse del lado del rey, siempre intentando encontrar la manera de ayudar a iluminar a su esposo, pero se dio cuenta que sus intentos eran en vano y que mientras más se empeñaba solo conseguía las burlas de su esposo.


Shikhidvaja entre tanto seguía desprovisto de autoconocimiento, cegado por la ilusión, buscaba la respuesta a su pregunta, y aunque se esforzaba practicando el desapego de muchas condiciones y comodidades no encontraba sosiego, en su camino de desapego, pensó que la renuncia, el ascetismo podía ser el camino para encontrar su paz. Renunció a su reino y a la cercanía de su amor, por su deseo de liberación. Hizo caso omiso a las palabras de Chudála, quien quiso explicarle que no era el momento oportuno y que la renuncia a las obligaciones del reino, a la felicidad que compartían juntos no servirían de nada. Es así, como al despertar una mañana descubrió que él había abandonado el reino rumbo a un bosque alejado. Chudála en medio de su tristeza entendió que debía respetar la decisión de su esposo, dejarlo explorar ese camino y que ella como muestra de su amor debía dejarlo. Asumió las tareas del reino y esperó por él durante 18 años.


Pasado ese tiempo, ella vio a través de sus poderes que la mente de su esposo había madurado convenientemente y pensó que podía ayudarle a alcanzar la liberación. Sin embargo sabía que después de tanto tiempo él había podido olvidarla a ella y a su reino y que debía tener la suficiente delicadeza para abordarlo, la había considerado ingenua entonces debía buscar herramientas que se ajustaran a su manera de interpretar su realidad. Es así como decide transformarse, se convirtió en Kumbha, un joven asceta brahmana y se presentó ante Shikhidvaja. Kumbha fue bien recibido por Shikhidvaja y accedió a sus enseñanzas con apertura y confianza. Kumbha era la herramienta a través del cual el proceso de enseñanza podía ser respetuoso y oportuno. La presencia de Kumbha, sus historias y la entrega del rey a sus enseñanzas lo fueron llevando a que él mismo concluyera que la renuncia podía ser obstáculo cuando se busca anular el placer mediante el castigo, o que por el contrario podía ser un camino, cuando a lo que se renuncia es al ego, a la identificación del ser. Ya era momento de pasar de la tortura del cuerpo a las preguntas del autoconocimiento.


Diez y ocho años de sacrificios físicos y confusión, de aferramiento a sus creencias, hacen que Shikhidvaja ya saturado de dolor, abra su corazón y su mente para comprender la trampa de sus pensamientos, reconociendo el apego a su propia ignorancia, se pregunta: ¿a qué es a lo que debo renunciar?


Shikhidvaja, empieza a formular preguntas que le permiten a Chubála explorar con su esposo temas como la naturaleza del placer y el dolor, la felicidad y la desgracia: la dualidad en la naturaleza de los hombres, como esa dualidad se da por el desequilibrio en la energía distribuida en el cuerpo y que se manifiesta en pensamientos en un círculo sin fin, el samsara al que él tanto temía. Cómo estar en este círculo de pensamientos condicionados por una mente identificada en sí misma ocasiona un desperdicio en la energía vital, por lo tanto adquiere mayor densidad y se aleja de la esencia de la conciencia pura.  Hablaron sobre la naturaleza y la aparente división entre lo que existe, hablaron sobre sobre los dos caminos para la liberación, los Kriyas (acción) o átmajñána (autoconocimiento), hablaron sobre cómo el desconocimiento de la propia mente, de los vasanas (impresiones mentales) como la fuente de la ignorancia.


Así, poco a poco y tras gran esfuerzo y ensayos fallidos intentó reconocer el verdadero sentido de las palabras de Kumbha. Entendió que a pesar de haber renunciado a todo, aún le faltaba renunciar al ego, permanecer aislado y castigándose carecía de sentido, ya era el momento de emprender un camino a través del autoconocimiento. “Esta chitta o mente es la confusión misma, el ser humano, el mundo, todo. Es la semilla del reino, del cuerpo, de la esposa y de todo lo que crees poseer. Cuando se prescinde de esa semilla, se renuncia a todo lo que hay en el presente y a lo que habrá en el futuro.” El rey abre finalmente su mente y se dispone a reevaluar todas las concepciones que tenía del mundo, de su propia naturaleza. Surgen un sinfín de preguntas, que abordan temas más profundos como la irrealidad del mundo y del ego, la irrealidad de la creación; Kumbha, Chubála con gran paciencia, amor y sabiduría lo guía para que descubra sus propias respuestas. “Cuando uno se ha liberado de todas las tendencias mentales, las palabras del maestro penetran en lo más profundo de nuestro corazón como una flecha atraviesa el tallo del loto.”


Shikhidvaja y Kumba emprenden un peregrinaje por los bosques, Llevaban una vida sencilla y cumplían los deberes religiosos con los dioses y con sus antepasados. Y en poco tiempo el rey adquirió una belleza tan radiante como la de Kumba, Chudálá pensó: ¡Qué apuesto y fuerte es mi esposo!. Este bosque es delicioso y nuestro estado no conoce la fatiga ni el malestar. ¿Cómo es posible que no surja el deseo de placer en mi corazón?. Reconoció que no podía desconocer los estados naturales de su cuerpo y que su intelecto y los sentidos seguían en equilibrio, entonces desarrolló una estrategia para continuar conservando la confianza del rey, pero poco a poco consiguió vivir en el día como el amigo de Shikhidvaja y en las noches como su esposa. Lo sometió a las pruebas del deseo y la lujuria, de los celos y finalmente comprobó que él estaba listo para descubrir su verdadera forma y se presentó ante él como Chudála.


Sumergidos en un profundo amor en plena dicha y armonía, resuelven volver a lo que siempre fueron el Rey y la Reina, rechazaron la invitación de Indra para ir al cielo pues no tenían ningún deseo de placer, disfrutaron de la vida del reino y cumplieron con sus deberes. Finalmente Shikhidvaja alcanza el estado supremo. “Permanece en paz interior y ocúpate de las tareas que van surgiendo en cada momento, sin ninguna deliberación o volición por tu parte.” 


Vashista recopila a través de esta historia de amor, el camino que debemos recorrer para el despertar y la iluminación, nos muestra el verdadero sentido de ese viaje al interior, nos ayuda a entender el significado de las relaciones, del amor incondicional en todas sus dimensiones y cómo éstas además de maestros nos ofrecen la compañía para disfrutarnos en esa paz interior y el cumplimiento del rol que vinimos a desempañar. En este aparte del texto se desmitifican muchas creencias del camino espiritual y del camino del cultivo en pareja.



Sembrado por Claudia Lopez (Encuentros Noviembre 2020)




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