UNOS MAESTROS MUY COMUNES

by - abril 05, 2019

Aprovecho este día para presentarles a mis maestros, con quienes he aprendiendo demasiadas cosas a lo largo de mi vida.

Por simples que parezcan los implementos de aseo, de ellos he aprendido grandes cosas como: Asear es una gran posibilidad para estar en el instante presente, un incentivo a la reflexión de lo que en nuestra vida purificar debemos; Que el proceso de transformación es constante y eterno, porque por más limpio que sientas que estás, la vida misma te traerá algo de polvo para recordar que la pureza no es un resultado sino un proceso eterno. 

 Recuerdo los muchos aprendizajes que tuve bajo la responsabilidad de mantener en orden muchos sitios en donde desempeñe mi labor, y también las muchas personas que venían a aprender de mí, y lo primero que les entregaba era la escoba para ver si su humildad les permitía ubicarse en situación de aprender. También tengo muy presente el voto que asumí de no vivir vidas prestadas, lo que me obliga a mínimo hacerme responsable de toda la basura y el desorden que produzca, y no andar por ahí tratando de contratar a alguien que limpie mis propios desperdicios. 

Siento que hemos denigrado tanto la labor de los que hacen aseo, que ni nosotros mismo nos ponemos en la labor de hacerlo, pero siempre es importante tener presente que la grandeza no es mantenerse erguido ante los que se sienten grandes, sino inclinarse ante los más humildes, y qué mejor forma de inclinarse, ante los demás y ante sį mismo, que para ordenar, recoger y asear. 

 Y después de tanta cháchara vienen dos frases de cajón, la primera es que a nivel social, "una de las formas de medir nuestro verdadero nivel de civilización es el manejo que le damos a las basuras", y la otra es la eterna frase de "lo importante no es limpiar mucho, sino ensuciar poco" como una reflexión a cada uno de nuestros actos. Así que celebro por todo lo que aprender se puede con una escoba y un trapero.

Sembrado por: Esteban Augusto Sánchez

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