Ser como el Fuego

by - octubre 30, 2019

Fuego previo al solsticio de invierno. Bogotá, Colombia 2018

Una de las cosas más geniales del fuego, es que a diferencia de otras cosas en la naturaleza, mientras más se comparte, ni su luz ni si calor se agotan, sino que se multiplican. 

A veces asumir el rol de enseñar implica vivir el proceso de ser como el fuego, que congrega y que nos conecta con todo lo que somos en nuestro interior. Ser como el fuego también es estar dispuesto a compartirse, entiendo que no somos los dueños de la luz, sino únicamente sus custodios. Ser como el fuego no es creer que se tiene el poder de disipar las sombras de los otros, sino que implica dejar que nuestra propia oscuridad arda para alimentar la luz y el calor que nos congregan. Porque ser como el fuego es ser latido, es ser vida, es ser amor, y nada de esto se puede contener ni se puede calcar, porqué el fuego que somos afuera solo es un reflejo del fuego que emana desde nuestro corazón, y que enseñar no es más que permitir que nuestra propia luz emerja para servir de faro a los demás, confiando en que esa luz que compartimos se mantendrá viva y cuando las cosas se tornen más oscuras, esa luz compartida regresará a nosotros para guiarnos de regreso a nuestro interior.

Sembrado por Esteban Augusto (Tomado de las redes sociales, Mayo 2019).

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