Cuento 18.
Un día cualquiera en los que se respira de todo, la joven Malena despertó inquieta por un
sueño en el cual , además de ver sus manos, se vió, al alzar su mirada y verse hacia adentro, a
ella con muchos rostros que no reconoció pero que sintió suyos sin engaños, era ella y no era
ella, su cara se movía de la risa la llanto, de la calma al desespero, del asombro a la
inmutabilidad…., así lo recordó al despertar y tenía sentimientos encontrados pues estaba feliz
porque al fín se vió en su sueño pero no entendió por qué ella era tan diferente y al mismo
tiempo era la misma.
Así pues fue en búsqueda de su abuela Concha, esa mujer de hielo y fuego con ojos limpios.
Malena pensaba que era única y feliz, pero ese sueño… ese sueño la perturbó y se empezó a
preguntar si esos rostros sí era de ella pero y por qué no los reconocía cuando estaba
despierta??.
Su abuela, sintiéndose agradecida por ese momento y sonriendo dulcemente le dijo:
Mi niña, nosotras somos esas caras, pues ésta sociedad y todos los modos de vida a lo largo de
la historia nos han impuesto maneras y formas de expresar nuestra vida y vivencias, y es con
el rostro, entre otras cosas, que hablamos sin hablar. Suspiró y continuó : Hoy la idea mi
muchacha, es estar libre de tristezas, dudas y pesares, sin aceptar que todo lo que llega a
nuestras vidas puede ser convertido en gozo y dicha ó en dolor y queja , creo, sin juzgarme por
pensarlo y sin juzgar a los demás por no pensarlo, que la vida fluye y es y no hay manera de
reversarla ó soñarla , pero sí de transformarla y nutrirla, tu mente y emociones te guían a la
más inimaginable tranquilidad ó te sumerge al abismo más oscuro, sólo escúchate, cree y sé tú
misma siguiendo ese camino de luz que va adelante, lo que tu elijas sin arrepentimiento y total
lealtad a la voluntad de la existencia universal, te permitirá conocer lo esencial y conocerlo
todo para vivir y morir en libertad de todo lo que nos mantiene atados . Y con un abrazo
concluyó : La lealtad a tí misma Malena, es la más grande sabiduría de la vida!!.
Se fue entonces Malena con las palabras de su abuela en su interior, vivió en total armonía con
su entorno y consigo misma y dicen que murió decidida y sonriente a los 150 años.
2 comentarios
somos al fin y al cabo, el resultado de una historia que hemos construido consciente o inconscientemente, en la que han participados otros seres, la naturaleza, el entorno mismo. vemos la vida con cada rostro que el día nos presenta, hay días de alegría, días de tristeza, días de placer, y de melancolía. pero al fin y al cabo somos nosotros mismos.
ResponderEliminarMuy hermosa la figura de la abuela quien con su sabiduría guio el camino.
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