El sabio...
"El sabio que ha comprendido profundamente la Verdad, capta este mundo como si estuviera en sueño profundo, sin que los objetos despierten en él el menor deseo de posesión o anhelo.
Con su inteligencia interior no capta los objetos y experiencias que le sobreviven sin pretenderlas, porque su corazón está sumergido en sí mismo. Ni añora el pasado ni alimenta esperanza alguna del futuro, ni siquiera vive en el presente y sin embargo lo hace todo a la vez.
Dormido está despierto y despierto, duerme. No hace nada pero no deja nada por hacer. Ha renunciado interiormente a todo, aunque en el exterior parece andar ocupado entre las cosas y siempre está en un estado de equilibrio mental y emocional, porque su actividad nunca es deliberada.
Un sabio vive desapegado de todos y de todo. Su conducta parece afectuosa para los afectuosos y violenta a los violentos. Es un niño para los niños y un viejo entre los viejos, un héroe en medio de héroes, joven para la la juventud y triste para los desdichados.
Sus serenas y dulces palabras están siempre llenas de sabiduría. Nada gana con las acciones nobles pero su conducta es noble, no tiene anhelo de placer y por tanto nunca es tentado por él. Ni la esclavitud ni la liberación le atraen en lo más mínimo.
Consumida la red de la ignorancia en el fuego de la sabiduría, el pájaro de su consciencia vuela libremente hacia el vacío del Ser. "
Fragmento del Yoga Vasishta, libro V.
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