Incidentes en la cocina (Reflexiones para sembrar humanidad en la vida diaria)
Escribí esta reflexión hace un tiempo, por un pequeño incidente mientras preparaba una receta (de tipo cocinístico). Lo recordé porque contiene ideas tratadas en las charlas del curso de semillero de yoga que me ha gustado bastante, creo que me llegó en el momento indicado, porque en estos días he tenido señales de pensamientos y sensaciones "malucas", cosas que no me gustan de mi, pero pues la idea es que hacerme consciente de ellas es el primer paso para gestionarlas y transformarlas. Incidentes en la cocina Estaba tratando de repetir la receta de un rico cheese cake de frutos rojos, que hice hace un tiempo, y me quedó -como diría alguien muy cercano- "mera delicia". Todo el despelote empezó cuando vi el vaso de la licuadora en el borde del mesón, como tenía un poco de desorden y estaba de afán! me hice la loca, pero pasó en un abrir y cerrar de ojos: el vaso cayó al piso!!! traté de agarrarlo en el aire pero no pude, demasiado rápido... velocidad 4X. Cocinar me relaja, se me va el tiempo volando y dicen que es un excelente ejercicio para la creatividad, además me han dicho que me queda rico lo que preparo, sin embargo a veces la embarro por el descuido y el acelere. Ya he tenido numerosos incidentes: desde pequeñas cortadas y quemaduras creyéndome una mamá súper poderosa de las que "agarran" ollas hirviendo con la mano, hasta una olla a presión en el fogón que se convirtió en un balón por la presión acumulada y casi estalla (¡así de peligroso puede ser este hobbie ... y yo!) Hoy quedé tan triste, tan aburrida y antojada por el postre que no resultó y por el vaso de licuadora que toca comprar, que quisiera no dejarlo pasar de largo y tener presente algunos aprendizajes: El primero es actuar para prevenir riesgos. Cuando veamos el vaso en el borde del mesón, es mejor hacer una pausa, colocarlo en un lugar seguro y ordenar; esto hablando de la cocina, pero en general, en la vida, a veces recibimos señales que indican riesgo y no actuamos, preferimos hacernos los locos y esperar a sufrir las consecuencias. En temas de salud, por ejemplo, creo que no hay "enfermedades silenciosas" siempre hay síntomas, señales que poco percibimos o son ignoradas, consciente o inconscientemente, por la falta de conexión con el cuerpo y con el alma; por estar muy en el afuera, prestando atención al trabajo, a las redes, a otras personas, queriendo intervenir de más, no le damos prioridad ni energía lo importante: mi ser, mi salud y mi bienestar; mis momentos de silencio, de soledad, de paz y de auto conexión. Segundo, un mal muy actual es el afán y el acelere. Me pasa muy seguido estar haciendo algo y pensando en lo que voy a hacer después... pura ansiedad; ganas de hacer muchas cosas al tiempo, parada en el futuro, sin disfrutar el presente, como se explica de forma muy chévere en el libro que tengo pendiente terminar "El poder del Ahora". Creo que mi constitución predominantemente "kapha y pitta", -según el ayurveda- indican esa personalidad un poco ansiosa, impulsiva y acelerada, que me hace vivir este tipo de incidentes en la cocina, en las relaciones, en la vida en general y que me han llevado por los caminos del yoga. Lo bueno es que en este momento siento la necesidad y la energía para bajar el ritmo, para ser consciente de pensamientos, sensaciones, palabras, acciones y así estar más en el presente, disfrutando cada instante con una dosis de paz y calma, evitando contratiempos, como que es mucho mejor ir "lento pero seguro" Sembrado por Sandra Velasquez
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