LA SINAPSIS HUMANA

by - noviembre 29, 2020



Las neuronas, son unas células ahí, un tanto más famosas que las otras, sobre todo porque componen nuestro sistema nervioso, que solemos asociar con nuestro cerebro y con aquello que creemos es lo que nos hace humanos, nuestra facultad de pensar. 


Pero no dedicaré las siguientes palabras a ahondar en detalles técnicos de estas células nerviosas, sino que la intención es invitar a una reflexión sobre la asociación de las neuronas con nuestro rol de ser humanos.


El propósito fundamental de las neuronas es simplemente asociarse con sus semejantes para transmitir información (sensitiva y motriz), para que el sistema al que pertenecen pueda mantenerse evolucionando en un estado de homeostasis (balance dinámico). Y propósito del humano es básicamente el mismo, establecer vínculos con sus semejantes para transmitir información (genética y cultural), para que el sistema del cual hace parte pueda seguir desarrollándose.


Esta relación entre nosotros y las neuronas también puede entenderse desde sus patologías. Ya que las neuronas al perder los vínculos con sus semejantes entran en decadencia, porque la información no consigue fluir, lo mismo que sucede con nosotros cuando nos aislamos de nuestros semejantes o cuando cortamos lo lazos con las otras generaciones o con otras formas de vida. De igual manera el envejecer, tanto neuronal como humano, y la decadencia que de ello se desprende, no es más que el fruto de la perdida de la capacidad de seguir aprendiendo, por esto para contrarrestar la decadencia del envejecer resulta fundamental ser capaz de mantenerse dispuesto a aprender y dejar que nueva información pase a través de nosotros.


Otra enfermedad poco estudiada, es aquella fruto del atesoramiento, y en este caso es producto de nuestro estilo de vida humano/civilizado (que tiene de muchas cosas menos de humano) en donde premiamos el individualismo y la importancia personal, y que conduce a que nos aferremos a la información que nos llega, así como cuando nos rehusamos a compartir lo que sabemos o a privatizar el conocimiento. Y es como si una de estas células se creyera más importante que otras, y decidiera atesorar la información que recibe. Imaginate una neurona que deja de enviar información motora, o deja de compartir información sensitiva, su individualismo y su afán de atesorar se traduce en la ruptura de la cadena del compartir, y con ello viene la enfermedad y la decadencia del sistema al cual pertenece, lo mismo que esta sucediendo con nosotros. 


Por ello, restablecer nuestro balance como seres humanos comienza por superar esas enfermedades fruto de la desconexión con nuestros semejantes, y recuperar nuestro estado neuroplasticidad y con él la facultad de mantenernos en constante aprendizaje. 


Con esta metáfora de los humanos como neuronas, podemos comprender también que el ser humano es sólo una célula de ese gran sistema llamado humanidad, y que la humanidad, a su vez, es sólo una célula más de ese sistema mayor llamado Vida. Y el retornar a ser humanos es recordar que somos una constante sinapsis, una eterna conexión con los otros y con lo otro, y que en la medida que constituyamos vínculos poderosos, tal y como los de nuestras neuronas, la información de la Vida fluirá a través de nosotros conduciéndonos a cumplir nuestro rol como parte de algo más importante y más grande que nuestro sentido de individualidad.




Sembrado por Esteban Augusto (Noviembre 2020)


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