Y... ¿el yoga es un ejercicio?

Fue la pregunta con la que un médico "corchó" a una amiga Yogui.

Para nadie es extraño que al asistir a una consulta médica te interroguen sobre la forma en que vives la vida, como te alimentas, que tan activo eres, como son tus hábitos en general. Muchas de las enfermedades de la sociedad actual tienen origen en cómo vivimos la vida, entonces, no es coincidencia que al salir del consultorio tengas un montón de recomendaciones para mejorar tu estilo de vida, ajustando tu alimentación y tu actividad física. Algunos podrían pensar, pero si yo me mantengo activo todo el día ¿no estoy haciendo ejercicio?, ¿cómo así que actividad física y ejercicio no es lo mismo?, y si no es lo mismo, entonces ¿qué tengo que hacer?

Hace algunos siglos necesitábamos caminar durante horas tan solo para conseguir unos pocos alimentos que nos permitieran estar bien alimentados. Con la evolución de la sociedad cada día es más fácil conseguir alimentos con menos esfuerzo. Ahora la balanza entre los nutrientes que consumimos y los que gastamos, se ha movido de forma que podemos sobre alimentarnos y terminar enfermando. Si queremos permanecer saludables, es necesario cuidar lo que comemos y estar más activos. Enfocados en esto, podemos aclarar algunos conceptos. Actividad física es cualquier movimiento del cuerpo que nos obligue a gastar más energía que al estar en reposo. Ejercicio es una actividad física enfocada en mejorar las capacidades físicas y la salud.

Al prensar en alguien que practica yoga, ¿ves a alguien esforzándose por mejorar su cuerpo?, o ¿ves a alguien sentado plácidamente tratando de ser uno con el universo? Si solo ves el yoga desde afuera, puede que te inclines solo por la segunda opción. Si solo has practicado yoga una o dos veces en tu vida, puede que el dolor en partes de tu cuerpo que no sabías que tenías te haga pensar en la primera. Pero, si llevas tiempo disfrutando del mat, sabes que las dos son correctas.

Si bien existen muchos tipos de yoga, y cada profesor y cada clase tienen su toque particular, hay muchos puntos en común que pueden resaltarse. Al inicio de la clase tienes un momento para sintonizar tu mente con la actividad, continuas con un grupo de posturas programadas por quien orienta tú practica y terminaras con una relajación. El observador externo puede pensar que las múltiples posturas solo trabajan flexibilidad y que el practicante cada vez está más relajado y puede terminar cuestionándose ¿de verdad creen que están haciendo ejercicio?

Al practicar yoga trabajas con autocargas, es decir, el propio cuerpo es quien ofrece el peso o la resistencia para la actividad. El manejo adecuado de esto permite la mejoría de fuerza, flexibilidad, equilibrio, coordinación e incluso resistencia aeróbica. Esto, siempre que se respeten principios como individualizar la práctica, aumentar gradualmente la exigencia, variar el contenido de las sesiones, permitir la recuperación. 

El yoga cumple con la definición de “actividad física enfocada en la mejoría de la salud”. El enfoque y la planeación adecuados permiten mejorar capacidades funcionales en cualquier persona. Siempre debe practicarse con responsabilidad, con adecuada asesoría, y si el interesado en ejercitarse de esta forma tiene alguna enfermedad, debería buscar asesoría de un profesional capacitado antes de incursionar en esta práctica.

Sembrado por Daniel Fernando Restrepo Villa -Médico especialista en Medicina Aplicada a la Actividad Física y al Deporte- (Diciembre 2020)