EL ÁRBOL Y LA FLOR

by - enero 17, 2021

 

Orquídea en la Ecovilla Wayra Wasi, Colombia. Diciembre 2020

Cierto día una flor se le acercó a un viejo árbol, para preguntarle cuál había sido su mayor aprendizaje en todas las primaveras que había vivido.
El anciano árbol permaneció en silencio durante un tiempo, y cuando decidió pronunciarse dijo:
Lo primero es aprender a mantenerse receptivo. Porque en la medida que nos mantenemos dispuestos y abiertos, cada situación está cargada de detalles que son nuevas oportunidades de estar presentes, pero cuando no somos capaces de estar receptivos, nos somos capaces de seguir aprendiendo y en vez de deleitarnos con cada nuevo amanecer y con cada nueva lluvia, nos esclavizamos a la rutina y el impulso por predecir, conceptualizar y controlar todo lo que sucede.
Lo segundo es permitir que la Vida sea la que viva a través de nosotros. Porque todos por el mero hecho de estar vivos ya estamos conectados con esta gran Fuente que es la Vida, y al abrir nuestra receptividad podemos empezar a hacernos conscientes de ella y a vivir de acuerdo a su propia sabiduría. Pero en la medida que le damos demasiada importancia al personaje que interpretamos se nos olvida que hay algo mayor que nos sostiene. Así que la clave está en aprender a rendirnos para poder florecer.
Tras sus palabras, el árbol volvió a entrar en el silencio y la flor decidió abrasarlo mientras en su corazón se repetía para recordar: “mantente receptiva y deja que la Vida florezca a través de ti”

Sembrado por Esteban Augusto (Diciembre 2020)



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