PERPETUAR, POSEER Y PERFECIONAR

by - marzo 12, 2021

Cascada el chontaduro Valle del Cauca, Colombia


 ¿Imagina lo que le pasaría a esta cascada si la quiséramos perpetuar, poseer o perfeccionar?


Perpetuar, poseer y perfeccionar son tres verbos que coinciden en su letra inicial, pero también en que son acciones que han parasitado nuestra humanidad a tal punto que hoy en día gastamos mucha más energía en querer perpetuarnos, en querer poseer, y en pretender que todo sea perfecto, que la que verdaderamente invertimos en el vivir.

Hemos construido una sociedad en la que vivimos para perpetuarnos. Nos perpetuamos en nuestros semejantes queriendo que nuestras ideas vivan en ellos y lo llamamos educación, nos perpetuamos queriendo que todos recuerden nuestro nombre y nuestros logros, y lo llamamos altruismo, nos perpetuamos en nuestros vínculos, queriendo que duren para siempre, queremos perpetuar los entornos amañándolos a nuestros gustos y los llamamos conservación, y en nuestro afán por perpetuarnos pareciera que olvidamos el pequeño detalle que nada dura para siempre, y mucho menos la imagen que construimos sobre nosotros mismos.

Como hermana de la perpetuidad está la posesión, porque no nos parece suficiente con querer que las cosas duren para siempre y que la idea de nosotros dure con ellas, sino que queremos que las ideas y las cosas sean nuestras, completa y absolutamente nuestras, nos creemos dueños de objetos, de ideas, de personas, de historias, y un montón de cosas más, y en nuestro afán de poseer pareciera que no nos damos cuenta que querer poseer es reafirmar la ilusión de división, y que en el fondo no podemos ser dueños de nada, ni siquiera del aire que respiramos.

La otra hermana de la perpetuidad es la perfección, tan sonada en estos tiempos, en donde medimos y somos medidos por que tan perfectos somos y podemos ser. Queremos intervenir en los otros para perfeccionarlos, incluso intervenimos en la naturaleza queriendo que cumpla nuestros estándares, y en ese afán de pretender controlar todo para que sea perfecto desconocemos que en el fondo no podemos controlar, medir y mucho menos dirigir nada para que cumpla nuestras expectativas, y al premiar la aspiración al logro perfecto desconocemos lo valioso del sentido de proceso.

Para desparasitarnos de estos tres verbos por la “p”, toca aplicar la medicina de la PRESENCIA, porque cuando estamos presentes nos despojamos de todas estas pretensiones de querer perpetuarnos, de querer poseer, y de querer que todo sea perfecto, aceptando la vida con su impermanencia, y libres de esas ataduras podemos simplemente dedicarnos a vivir, pero sobre todo a deleitarnos con el mero hecho de estar vivos.

Sembrado por Esteban Augusto (Febrero 2021)

You May Also Like

0 comentarios