LA PARÁBOLA DEL BURRO

by - julio 31, 2021


Esta es la historia de un viejo burro, que una noche cayó dentro de un hueco profundo en la plaza del pueblo, los habitantes de aquella región se propusieron ayudarle a salir de allí, pero todos los intentos fueron en vano, no lograban alcanzarle ni atarle en la oscuridad, y los sonidos del animal les hacían dar cuenta del sufrimiento por el que estaba pasando.

Conmovidos por el dolor ajeno, buscaron opciones para liberarle, pero la única opción que encontraron, ante la falta de recursos y la precariedad de las condiciones en las que se encontraban, fue ofrecerle una sepultura al viejo burro, ya que sintieron que sus años de servicio habían sido suficientes, y que era la mejor forma de acabar con su dolor.

Entonces aprovecharon que el animal ya estaba en un hueco, y procedieron a sepultarlo allí mismo, así que pasaron el resto de la noche paleando la tierra para llenar el hoyo, y se dieron cuenta que los sonidos del animal se acallaron, y cerca del amanecer cuando pensaron que estaban próximos de cumplir con su cometido se sorprendieron de ver salir saltando al animal de hueco, y dando cuenta que aún estaba muy vivo.

Lo que pasó con este viejo burro, es que ante cada nueva palada de tierra que le tiraban encima, él se la sacudía, y se paraba sobre ella ganando así unos cuantos centímetros, hasta que estuvo a la altura suficiente para brincar fuera del hueco.

A veces nos sentimos en situaciones como la de este viejo burro, anclados en el hueco de nuestras propias limitaciones mentales, sufriendo por nuestra incapacidad de salir adelante, y lo único que encontramos alrededor es un montón de condiciones y conductas, propias y ajenas, que pretenden sepultarnos cada vez más, pero nuestra labor es aprender de este viejo burro, que logró utilizar todos aquellos contenidos mentales, como creencias, emociones, juicios, recuerdos, pensamientos, ilusiones y demás, que suelen ser nuestra propia tumba, como un punto de apoyo para salir adelante, o dicho de otra forma, logró utilizar la mente para trascenderla.

Cuando sintamos que nos estamos sepultando en nuestros propios contenidos mentales, basta con sacudirnos un poco para quitárnoslos de encima, y posarnos sobre ellos para observarlos desde arriba, y con ese simple acto de sacudirnos y observarlos, podemos aprender lo mejor de cada situación y restablecer nuestra condición de claridad mental.

Sembrado por Esteban Augusto (Julio 2021)

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