Volcán Cumbal, Noviembre 2021 |
1-Llegada al pueblo al final de la tarde en medio de un aguacero y esperar en medio de la lluvia que alguien a quien no conoces te recoja.
2-Instalación en la cabaña y compartir historias al rededor de un fogón de leña.
3-Descansar un par de horas.
4-Iniciar camino a la media noche, con la compañía de muchas estrellas, la luz de una enorme luna llena, y un frío estremecedor.
5-Caminar y caminar durante horas con la compañía silenciosa del guía y su can.
6-En medio de la noche silenciosa sentir como las respiraciones se convertían en resoplidos y el corazón retumbaba en todas las células.
7-Observar pensamientos que te invitan a desistir, pero recordar que la fuerza de voluntad puede más que el saboteador interno.
8-Sentir que se hace difícil respirar, pero no sólo por la altura, sino porque el azufre del ambiente te hace ahogarte y toser un poco.
9-En medio de una espesa neblina escuchar un fuertísimo sonido [ssshhhhh] y reconocer que son las fumarolas del volcán que se encuentran a unos pocos centímetros.
10-Llegar al punto más alto 4.770msnm, que hace un par de décadas era un glaciar, y observar como en medio de la neblina la luz del sol comienza a despuntar en el horizonte.
11-Recorrer la cima de la montaña y contemplar las fumarolas que expelen columnas de vapor y azufre, ofreciendo una reverencia ante el poder de un fenómeno de esta naturaleza.
12-Contemplar que la lluvia y el frio de la noche anterior se convirtieron en nieve en una de las caras de la montaña.
13-Sentirme el avatar, maestro de los cuatro elementos, al estar parado en la cima de una montaña rocosa cubierta de nieve, con una enorme laguna al fondo, al lado de unas fumarolas que expelen calor, frente al resplandeciente nacer del sol, y contemplando como el aire moviliza las nubes para hacerlas cercanas a la cima. (Unas lágrimas intentaron salir de mis ojos al estar en presencia de tal magnificencia).
14-Observar en la distancia la fumarola gigantesca que parecía una fabrica de nubes, y ver a través de ella como el astro solar parecía palpitar.
15-Detallar como el agua del suelo hierve y con ella se percibe el nacer de un nuevo cráter.
16-Contemplar el horizonte y las enormes montañas, nevados y volcanes que hay en la distancia, para reconocer que a la cordellera le importa un carajo las fronteras que se han inventado los humanos.
17-Tomarme un tiempo para agradecer por la una experiencia como esta, en la que las palabras se quedan cortas para describirla.
18-Emprender el proceso de retorno, pero ahora con la compañía de los hermosos colores de la montaña, y mientras caminaba reconocer que el trecho ascendido había sido enorme.
19-Permitir que el caminar asiente las ideas y los aprendizajes referentes a la relación con el sol, el fuego y la voluntad.
20-Llegar a la cabaña base con un enorme malestar, soroche que llaman, que tan siquiera me agarró bajando, porque subiendo hubiera sido rival duro de superar, aunque el dolor de cabeza, las náuseas, y el malestar no me dejaron alimentarme decidí no sucumbir mi atención ante estas sensaciones y me centré en tratar de robarle unas sonrisas a una chiquitina de unos dos años que me miraba desconcertada en la distancia, gracias a las muecas y a centrarme en hacer divertir a la vida de alguien más, hasta mis propias sensaciones se liberaron de sufrimiento que hacia eco.
21-Agradecer y sonreir por lo vivido, de una de esas formas en las que uno parece como pendejo o enamorado.
Sembrado por Esteban Augusto (Noviembre 2021)