HIMNO AL SOL DE AKHENATÓN

by - marzo 09, 2022




Tú apareces en el horizonte del cielo colmándonos con la perfección de tu belleza, Sol viviente, creador de Vida,
Emerges en el horizonte de oriente, llenas cada región con tu perfección.
Eres hermoso, grande, radiante, elevado por encima de todas la tierras, tus rayos rodean las regiones hasta el límite de todo lo que creas.
Tú eres el principio solar, riges todas las regiones hasta sus confines, los preservas para tu hijo, al que amas.

Por lejos que te encuentres, tus rayos tocan la tierra.
Estás a la vista, pero tu camino sigue siendo desconocido,

Cuando te ocultas en el horizonte occidental, el universo queda en tinieblas como muerto.
Los hombres duermen en sus habitaciones con la cabeza envuelta; nadie reconoce a su hermano.
Si les arrebatan sus bienes que están frente a sus ojos, ni siquiera se dan cuenta.
Todos los leones salen de sus guaridas, todos los reptiles muerden.
La oscuridad llega, la Tierra reposa en silencio, cuando su Creador descansa en el horizonte.

Cuando sales en el horizonte, iluminas la tierra y disipas las tinieblas.
Cuando difundes tus rayos, las dos tierras lo festejan, los hombres se despiertan, se levantan sobre sus pies. Eres tú quien les hace levantarse.
Sus cuerpos se purifican y se visten, sus brazos hacen gestos de adoración.
El universo entero se pone a trabajar, cada rebaño está satisfecho de su pasto, árboles y hierbas reverdecen, las aves, volando más allá de sus nidos, con las alas desplegadas hacen los actos de adoración a tu Potencia Vital.
Todos los animales brincan sobre sus patas, todos los que vuelan, todos los que se posan, viven cuando te elevas sobre ellos. Las barcas izan las velas, remontando y descendiendo la corriente. Los senderos se abren cuando asciendes. En el río, los peces saltan hacia tu rostro. Tus rayos penetran en el centro del verde mar.

Tú haces que el embrión nazca en las mujeres, tú produces la semilla en el hombre, das vida al hijo en el seno materno, le apaciguas para calmar sus lágrimas.
Tú eres la nodriza del que se alberga todavía en el seno, insuflas constantemente el aliento para dar vida a toda criatura.
En el momento en que cada criatura nace para respirar, le abres su boca y le provees todas sus necesidades
Cuando el polluelo pía dentro de su cascarón, le das el aliento que le hace vivir; Cuando tú le has completado, rompe el cascarón y sale del huevo, caminando sobre sus patas.

¡Qué numerosos son los elementos de tu creación, aún cuando permanecen ocultos a nuestros ojos. Sol único e inigualable! Tú creaste en solitario el universo de acuerdo a tu voluntad.

Hombres, rebaños, animales salvajes, todo lo que vive sobre la tierra, desplazándose sobre sus pies, todo lo que está en las alturas y vuela, con las alas desplegadas, los países de Siria y de Nubia, el país de Egipto, tú sitúas cada hombre en su lugar, les provees de todo lo que necesitan. Todo el mundo dispone de su comida, la duración de su vida está calculada, las lenguas son múltiples, en su manera de expresarse, sus caracteres son diferentes, el color de la piel es distinto, has diferenciado a todos los pueblos.

Tú creas un Nilo en el mundo inferior, lo haces surgir según tu conciencia para dar vida a los hombre de Egipto, según la manera en que lo has hecho para ti mismo, Tú eres su dueño, te preocupas por ellos, Señor de todas las regiones y que brillas por ellas.
Sol del día, grande en Majestad, das la vida a todas las tierras incluso a las distantes. Sitúas un Nilo en el cielo, que desciende para ellos, das fortuna a las corrientes de agua para regar sus campos y sus ciudades. ¡Cuán excelentes son tus designios, oh, Señor de eternidad! El Nilo en el cielo es un don tuyo a los extranjeros, a todo animal del desierto que anda sobre sus patas; para la tierra amada [Egipto], el Nilo viene del mundo inferior.

Tus rayos alimentan todos los campos, cuando brillas, viven, y germinan por ti. Regulas las estaciones para nutrir toda tu creación. El invierno para refrescar y el verano, para los hombres te aprecien. Creas el cielo lejano, te alzas en él, abarcas con la mirada toda tu creación, permaneces en tu Unidad. Sales en tu forma de Sol viviente, elevado, radiante, distante, cercano, extraes eternamente miles deformas a partir de ti mismo, permaneces en tu Unidad. Discurres para dar la existencia a los seres que has creado, Estás sobre ellos y puedes ver su regocijo al contemplarte.

Resides en mi corazón, No existe otro que te conozca, a excepción de tu hijo, Tú le haces conocedor de tus caminos y de tu poder.
Todos los seres vienen a la existencia de tu mano, como tú lo creas. Cuando amaneces, ellos viven. Cuando te ocultas, ellos mueren. Eres la extensión de la vida, todo vive de ti.
Todos los ojos contemplan tu perfección hasta que te ocultas. Todos los trabajos se detienen cuando llegas al poniente.
Cuando amaneces, haces crecer todas las cosas para tu hijo; el movimiento se apodera de todas las piernas, pones en orden el universo, lo haces surgir para tu hijo, nacido de tu Ser, el Rey del Alto y el Bajo Egipto, hijo del Sol, viviente de la Armonía universal, señor de las coronas, Akhenatón, que su vía sea duradera y la de la gran Reina que él ama, que viva eternamente siempre.


Compilado de versiones de himno al sol, atribuido al faraón Akhenaton

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