Esta fue la piel de un gran felino de la selva, le llaman el poenco, este fue cazado por un sujeto muy formal que nos guió en la selva, y junto su compañía y la de su familia logramos nutrirnos de muchas historias.
Él es un cazador y un pescador de tiempo completo, contaba la carne cazada y pescada en términos de ahorro de carne comprada, y nos contó de muchas especies comestibles que había cazado a lo largo de su vida, pero sus historias más impactantes eran de enfrentamientos que tubo con algunos jaguares a los que llaman mariposo y panteras que terminó cazando, algunas incluso por encargo, ya que dichos animales habían matado ganado y humanos en lugares aledaños.
Siempre llevaba su atarraya y en cada pausa sacaba del río uno que otro pez que arreglaba con rapidez, hasta me dejó hacerlo un par de veces, siendo un fracaso rotundo, si nos ponemos a contar los animales atrapados, pero siendo un éxito completo en términos de diversión y de nuevas experiencias en la vida.
Un día caminamos por la selva y vimos un enorme árbol, y el nos dijo: “que esa no era nada, que la que habían tumbado su padre era mucho mayor y había alcanzado para unos cientos de tablones”.
Como siempre también hay historias cargadas de otro tipo de seres “místicos” de la selva que pasaron a dejar ciertas enseñanzas, que han ayudado a que las decisiones sobre lo que caza hoy en día sea muy diferentes a las de hace unos años.
Hay algo muy hermoso en reconocer los humanos que hay detrás de las historias, porque a veces solo vemos estadísticas y cifras, y nos encanta etiquetar a la gente y meterla todo en el mismo baúl, pero cuando conocemos los contextos, las historias y nos despojamos de nuestros prejuicios podemos reconocer la humanidad que todos compartimos.
Yo sé que estas palabras pudieron haber levantado ciertas escamas de las que salen indignación, dolor, tristeza, rabia y demás, y de hecho ese es su propósito. Porque el sentido de satanizar o de romantizar a los cazadores es sólo una proyección de lo que tenemos adentro nuestro, y la invitación siempre será a que nos escuchemos sobre lo que nos genera este tipo de historias, pero sobre todo a que reconozcamos también que representamos nosotros (los denominados humanos civilizados) para ellos, para que miremos quien es más destructivo para el medioambiente.
Sembrado por Esteban Augusto (Febrero 2022)
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