SALVA UN INGENIERO

by - septiembre 30, 2022

 


Se supone que la ingeniería cuenta con la virtud de compartir el eje de la creatividad al lado de las artes, y de compartir el eje de lo objetivo junto con las ciencias, pero pareciera ser que la gran promesa de desempeñarse cultivando la creatividad para resolver problemas al servicio de lo humano, terminó convirtiéndose en monotonía y tedio disfrazados, en ocasiones, de altos salarios y puestos de prestigio llenado hojas de cálculo detrás de una computadora.
Esta, seguro es una observación que pareciera ser muy prejuiciosa, pero está basada en la compilación de muchos relatos de personas que ostentan este título, entre ellos algunos familiares, amigos, pero sobre todo muchos conocidos y estudiantes cercanos, que con el paso de los años me han manifestado no sentirse plenos con el desempeño de una profesión que premia el rendimiento y el individualismo a costa de pisotear lo humano.
Por todos ellos es que hemos “creado” esta fundación -salva un ingeniero- (como un chiste), pero también como un llamado a reconocer y a apoyar a todos aquellos que se sienten defraudados por su labor profesional, pero que necesitan de un grupo de apoyo para reconfigurar el rumbo de sus decisiones y salirse de las fauces de la monotonía y las apariencias, pero sobre todo a liberarse de la ilusión de querer controlar la vida, y poder empezar a aceptar la incertidumbre del vivir, y a la vez contribuir a la creación de un mundo al servicio de la vida, y no sólo del individualismo humano.
Todo esto no es sólo por criticar el sistema educativo en el que a los pocos que tienen la potestad de tener estudios superiores, los obligan a buscar lo productivo por encima de lo vocacional, y mucho menos es para promover un paraíso hippie en donde todos se dediquen a huir de la vida dejando de lado las responsabilidades con la humanidad, sino para exaltar el poder que puede tener cualesquier profesión, desde que se viva con la coherencia consigo mismo, pero que a la vez pueda estar al servicio de los demás.
Aunque muchos terminan renunciando a sus labores como ingenieros, el sentido de esto es que todos aprendamos a recrearnos a nosotros mismos para encontrar y crear lugares donde podamos vivir desde la plenitud, porque ningún sentido tiene ser todo aquello que la sociedad nos ha dicho que debemos ser, si en el camino para lograrlo nos perdemos a nosotros mismos.

Sembrado por Esteban Augusto (Marzo, 2022)

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