TIERRAS ÁRIDAS

by - septiembre 04, 2022



Hay momentos en nuestra vida donde nos sentimos sembrando en tierras áridas, en donde todos nuestros esfuerzos resultan infructuosos, y pareciera que nos estamos desgastando en plantar algo que nunca florecerá.

Cuando esto nos pasa, a veces sentimos el impulso de domar la tierra a punta de fertilizantes artificiales para poder cosechar todo lo que está en nuestras expectativas, pero resulta fundamental reconocer que no debemos desgastarnos en la necedad de pretender controlar la naturaleza. Aunque puede ser que de tanto intentar sembrar descubramos que algunas especies sí florecen en el desierto, y que de a poco se puede ir regenerando el suelo.
Pero es importante reconocer que nosotros, los seres humanos, no estamos atados a una porción específica de suelo, sino que podemos migrar para encontrar nuevos terrenos, en donde podamos echar raíces y compartir los frutos.
Por todo esto, es fundamental comprender que todos los seres de humanidad tenemos el derecho a encontrar y a labrar nuestra tierra fértil, aquella en la que experimentamos el gozo y la plenitud.
Pero esta tierra fértil de la que hablo es totalmente independiente de las condiciones externas, porque por más que nos instalemos en paraísos externos, nunca nos aportaran plenitud si no desarrollamos nuestro paraíso interno.
Por ello cuando comprendemos que la esterilidad o la fertilidad es algo que nace adentro nuestro y dejamos de medir la vida por la productividad de la cosecha programada, tomamos el impulso para iniciar un proceso de cultivo interior en donde florecemos desde la plenitud y podemos crear paraísos en donde sea que nos encontremos.

Sembrado por Esteban Augusto (Febrero 2022)

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