DESEO, CONTROL E ILUMINACIÓN
YOGA VASISHTHA (9)
LIBRO III: UTPATTI KHANDA
Apartados:
Descripción de la mente
Naturaleza de avidya o la ignorancia
Naturaleza del ser o atman
Diferencia del atman y el ego
Sobre lo ilusorio del cuerpo y los sentidos
En Occidente se suele creer que nuestro cerebro es el que crea la mente y que desde allí se crea también el sentido de trascendencia. En Oriente, en cambio, se cree que es la mente la que crea el cerebro.
Desde el texto se explica que cuando la mente quiere oír, crea el oído, cuando quiere ver, crea el ojo, y de esta manera va a creando todos los sentidos. La conciencia, como en un juego, va experimentándose a sí misma y creando nuevas dimensiones en las cuales puede explorar. En esta exploración también puede sentir y pensar y crea así instrumentos para poder manifestar lo que siente y piensa.
Los ejercicios como las proezas faquíricas, los ayunos, el bañarse con agua helada o caminar descalzo en un páramo nos permiten comprender la ilusoriedad del cuerpo y reconocer quién está más allá de lo que podemos ver.
En este tipo de exploraciones se puede caer en la sobreestimación del cuerpo y en la búsqueda de poderes, pero la verdadera razón de este tipo de prácticas tiene que ver con demostrarse a sí mismo que el cuerpo no es más que un instrumento de algo más grande y que cuando nos conectamos con eso más grande y poderoso dejamos de sucumbir ante los impulsos corporales.
Sobre el deseo y la iluminación
En este apartado se dice que el deseo es la gran ilusión que genera el proceso de identificación. A veces se confunde el deseo con el disfrute, la gran diferencia entre los dos tiene que ver con el tiempo. El disfrute sólo existe en el presente, tiene que ver con lo que está pasando; mientras que el deseo se relaciona con el futuro, se vive en función de lo que no está pasando y se quiere que pase.
Muchas ideas acerca de la iluminación se basan en la concepción del mundo como una ilusión que debe ser negada. La idea en sí no es negarlo todo sino encontrar un equilibrio entre la experiencia humana y corporal y, la búsqueda de algo más. Gran parte de este proceso tiene que ver con el autoconocimiento, con entender nuestros propios impulsos, con darnos la posibilidad de explorar como todo lo que hemos vivido ha dejado un marcaje que señala la dirección de nuestras acciones. Desde este marcaje previo nace el deseo. Los vasanas suelen ser la raíz de los deseos, son el impulso para volver a hacer lo que siempre hemos hecho.
Cuando recorremos el camino del autoconocimiento, reconocemos nuestros propios vasanas y esto nos permite desprendernos de los impulsos que nos llevan a comportarnos como lo hemos hecho siempre. El ejercicio consiste en aprender a borrar esas huellas del pasado para darnos la oportunidad de recorrer otros caminos, de pensar y sentir distinto, de reconocer que hay otras formas, recorridos y experiencias posibles. La idea en este proceso es ir cada vez más hondo, ir incluso a los samskaras, que son las semillas que se sembraron para generar el impulso. Si nos damos la posibilidad de conocer nuestros vasanas, samskaras, de conocer lo que hemos ido sembrando es posible rediseñar todo.
Parte del ejercicio que se propone para borrar los vasanas es crear unos distintos para dejar de darle fuerza a los que se tienen. La propuesta entonces, es generar unas tendencias más sublimes para ir desapegándonos de esos caminos que tenemos trazados y finalmente tratar de soltar también esas tendencias sublimes.
Es importante que nos cuestionemos incluso la idea de la iluminación, plantearnos de dónde viene el impulso por querer liberarnos, revisar si responde a una idea que simplemente estamos replicando, que alguien más nos vendió o que hemos adaptado a nuestras necesidades. Es primordial además romper con la idea de una iluminación vertical, que implica salirse del mundo aspirando a lo espiritual, como una forma de huir de las responsabilidades sociales y culturales. Una liberación entendida como una salida ante nuestra propia imposibilidad para conseguir empleo, mantener una relación de pareja o en general de encajar. Preguntarnos si nuestro deseo de liberación es genuino o es una excusa para desentendernos de todo. Es mejor entonces, entender la iluminación desde un punto de vista circular y más que circular en espiral e incluso en forma toroidal, de manera que siempre estamos volviendo al mismo punto.
Usualmente, nos venden la iluminación como un desborde de placer y eso nos lleva a caer en un juego de ansia y deseo por liberarnos. El deseo de iluminación puede convertirse en un impulso para movernos pero también puede ser parte de la trampa que nos ata a los resultados y que nos puede llevar a ser adictos a ciertos comportamientos y prácticas. Y si bien es cierto que puede ser preferible ser adicto a la meditación que al alcohol o un alucinógeno, y que esta adicción nos puede ayudar a salir de otra, también es cierto que llega un momento en que todas las adicciones deben ser superadas.
Sobre el control de la mente
La historia de los bueyes, es un cuento del taoísmo, el cual dice que cuando se tienen cien bueyes salvajes y queremos serenarlos para que no lo destruyan todo, lo que usualmente se hace es llevarlos a un corral. El asunto es que entre más pequeño sea el corral más movimiento y más fricción se va a generar entre los animales, produciendo un efecto contrario al deseado. Esto mismo es lo que sucede con la mente, queremos controlarla y ponerle cada vez cercos más pequeños.
Para serenar los bueyes se necesita dejarlos en el campo más abierto posible, donde no tengan límites ni nada con que pelear y tengan además, espacio suficiente para que cada uno se desenvuelva. Esto es lo mismo que sucede cuando la mente se repliegue sobre sí misma para lograr serenarse.
Nuestra vida, normalmente, la queremos vivir desde el control. No la pasamos poniéndole cercos a la mente, queriendo que todo se dirija hacia donde deseamos. La clave, en cambio, es que la mente logre controlarse así misma. La mente en sí es movimiento, no podemos aquietarla, lo que podemos hacer es sintonizarnos con ese movimiento, dejar al movimiento ser y eso equivale a abrir los cercos y dejar de luchar por el control.
Sembrado por Elisa Ochoa y Esteban Augusto (Encuentros agosto 2020)
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1 comentarios
Preguntarnos si nuestro deseo de liberación es genuino o es una excusa para desentendernos de todo
ResponderEliminarGracias por estas palabras