Sobre nuestros niños

by - abril 06, 2020



Cargar a las futuras generaciones, se convierte a una paradoja muy interesante sobre el proceso del aprendizaje humano, porque aunque pareciera que nosotros, los mayores, los que ya tenemos un recorrido en la vida, somos los que asumimos el rol de conducir sobre los hombros de nuestras experiencias a las generaciones más jóvenes, la verdad es que son ellos los que nos conducen, los que se posan encima nuestro y nos proveen una forma diferente de ver la vida, y nos cuentas al oído muchas de las claves que en algún momento sabíamos, pero habíamos olvidado en el camino por el afán de llegar a algún lugar. 

 Desde que era muy pequeño fui formado en diversas traiciones místicas, por una época fui muy reacio a todo este conocimiento y pretendí alejarme de él, luego por otra época me negué a enseñar lo que había aprendido, pero un día comprendí que todo lo que había recorrido, que todo lo que me había transformado, no era algo para mí, no era por alcanzar la "realización personal" sino que todo eso que había vivido era por las futuras generaciones, y que mi rol era simplemente recibir la antorcha, mantenerla encendía y pasarla a todos aquellos seres que están por venir y que tienen un potencial diferente de vivir y de transformar este mundo en el que estamos. 

 Por eso cada día veo con alegría todos estos niños y jóvenes tan sensibles, tan inquietos, pero sobre todo tan espirituales, y cuando digo espirituales no me refiero a ninguna concepción ideológica, sino que me refiero a que son seres muy conectados con la Vida en todas sus manifestaciones, Y agradezco el hecho de poder llevarlos sobre mis hombros y compartirles todo lo que he vivido, pero sobre todo agradezco el hecho de dejarme conducir por ellos.

Sembrado por Esteban Augusto (Abril 2020)

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