LA ENERGÍA Y EL AUTOCONOCIMIENTO

by - enero 15, 2021



YOGA VASISHTHA (17)

LIBRO V: UPASHAMA KHANDA


Apartados:

Negación del dualismo mente-materia

Historia de Saraghu

Autoinvestigación de Saraghu

Encuentro de Saraghu y Parigha

Exposición de autoconocimiento

Historia de Bhasa y Vilasa

Independencia del ser

Ausencia del contacto entre le mundo y la mente

La naturaleza de karma o acción

Los dos tipos de vasana

Insubstancialidad de la mente

Inexistencia de la exclavitud o la liberación

Sobre la insubstancialidad del jiva

La teoría del no nacimiento o ajata vada

La división del espectador y la experiencia

Abundancia de sabios liberados


La separación entre quién experiencia y lo que se experiencia nos lleva al deleite que es una de las formas más lindas de traducir ananda.


Esta concepción de yoga que estudiamos está muy permeada por las virtudes monásticas. Cuando  tenemos muy arraigada la idea de que el otro nos pertenece esto nos lleva en un camino directo al sufrimiento, pero la idea de no necesitar a nadie, que aunque parece totalmente opuesta, también genera sufrimiento. 


La mente y el sufrimiento


“En un abrir y cerrar de ojos la más pequeña vibración de la mente se convierte en una ola que genera dolor y resentimientos” 

Comenzar a darnos cuenta del juego que se puede crear desde la mente. Buscar abstraernos de la situación que estamos viviendo y tratar de observar desde un punto más objetivo, simplemente dejar ser. Darse cuenta de lo manipulable e impresionable que es la mente, y de que es la que crea las cosas que llamamos realidad. Actuar desde el discernimiento, haciendo lo que tenemos que hacer. 


Reconocer la fuerza que le damos a pequeños pensamientos para que se conviertan en tsunamis. En un abrir y cerrar de ojos, la más pequeña vibración de la mente se convierte en una ola gigantesca de dolor y sufrimiento. Si somos conscientes de este poder que tiene nuestra mente, a través de ella podremos disminuir el sufrimiento.

 

Sobre chit y shakti


Se dice que chit, que traduce mente o conciencia siempre está acompañado del prana, son las dos caras de la misma moneda. No pueden disociarse, por eso muchas de las técnicas en función de afinar la conciencia comienzan del lado de afinar la energía, y por eso el tener la conciencia afinada se manifiesta en la propia energía. En el texto se habla en términos de chit, la energía consciente, el lado más sutil, y shakti, el lado de la fuerza de la naturaleza, lo más denso. Ambos se encuentran en una danza constante una continua interacción.


Los caminos del autoconocimiento


El camino de la negación, el reconocer lo que no somos, es una práctica muy conocida desde el lado jnani, es una forma de encontrar lo que somos, la otra forma es el so ham, yo soy. Ambos senderos cumplen la misma función, el darnos cuenta de lo que no somos nos lleva a recordar lo que somos, y al darnos cuenta de todo lo que somos podemos afinarnos en eso. Son dos de los caminos más tradicionales desde el lado del autoconocimiento.


Una de las prácticas más tradicionales y más recomendadas desde el neti neti el diseccionar ni esto ni aquello. Esta práctica nos lleva a ir recorriendo nuestro cuerpo y pensar si aún seguiríamos siendo nosotros si nos faltaran algunas de esas partes. La idea es ir escalando cada vez un poco más hasta llegar a conceptos más sutiles, como son los recuerdos, los aprendizajes, las ideas. Ir diseccionandonos hasta encontrar lo que somos. Despojándonos, además, de todo lo que no somos.


Otra práctica es la aceptación de todo lo que somos. Entender que somos todo, que somos el sol, el vínculo, que somos la energía y lo que nos rodea.


De esta manera, por caminos totalmente opuestos podemos llegar a conclusiones relativamente cercanas. Lo bonito de las esferas es que siempre están conectadas, así vayamos por un lado o por el otro, siempre vamos a llegar al mismo punto.


La paradoja como herramienta de autoconocimiento


La mente piensa y eso es parte de lo que hace, pero en todos estos textos se dice que hay que cesar ese ruido mental, aquietarlo. Hay técnicas para eso desde el lado energético y desde el lado de la concentración pero la paradoja es una de las mejores herramientas para parar la mente. Cuando el lenguaje se presta para hacer paradojas y llega ese momento de bulla, de reflexión y de conceptualización, la mente se detiene y vuelve continuamente sobre el sinsentido, y esto es parte de la propuesta que se plantea. 


Algunas de las personas que escribieron estos textos y que se embarcaron en estas búsquedas, usaban la paradoja, como una de las pocas herramientas que tenían. Los sabios se dieron cuenta que las personas estaban muy dominadas por la mente y que la mejor forma de serenarla era usando la propia mente para que se detenga sola, y eso lo hacían a través de las paradojas. La mente cree que tiene el control, que está aprendiendo y entendiendo conceptos pero la verdad le está ayudando a que se despoje de ideas.  Sin importar la metodología que se use, es importante tener en cuenta que el proceso de autoconocimiento sólo tiene sentido si logra permear la vida.


Sobre las etapas de la vida en la sociedad India


“Una mente condicionada produce esclavitud en el más devoto de los ascetas, una mente incondicionada es pura en el más atareado padre de familia”.

La sociedad tradicional de la India se ordena en cuatro etapas de vida y son: brahmacharya, grihasta, vanaprastha y sannyasa. La primera es la etapa de brahmacharya, la de ser aprendiz, en la que se aprenden todos los valores para el desempeño en sociedad. Esta etapa es una preparación para vivir la vida de familia, que es la etapa del grihasta.  Muchas veces queremos ser bramacharya y saltar de ahí a ser sannyasa, olvidándonos de los roles del medio. Queremos dejar de lado el ser una persona de familia y relacionarnos con otras personas, que es el rol del grihasta, y ollvidarnos también de nuestro papel como consejeros, como vanaprastha.


Ningún sentido tiene pasarnos toda la vida tratando de descondicionarnos, si cuando estamos en esa primera etapa seguimos peleando con nuestra mente y evitando hacer parte de las etapas que nos permiten relacionarnos con otros. Esta segunda etapa parece ser más mundana y es por eso que cuando estamos más del lado ascético terminamos renunciando a ese aspecto humano pero olvidamos que podemos desempeñar nuestro papel como grihasta, estando libres de condicionamiento. En este papel, como cualquier otro que desempeñemos en nuestra vida, lo importante es tener claro siempre desde dónde actuamos. Recordar la importancia que tiene la acción más allá de todas las ideologías que cargamos. La acción libre de condicionamientos.


Sobre lo mundano en las búsquedas espirituales


Muchas veces al dedicarnos al cultivo de las artes internas nos alejamos y despreciamos lo mundano, lo que genera una trampa delicada, que nos lleva a negar parte de la vida y de la experiencia. Esto se debe en parte, a que se nos ha planteado la idea de llegar a un lugar, alcanzar un sentido de liberación y eso suele hacerse sacrificando la vida mundana, la cotidianidad, la materia. Mientras que originalmente la forma de llegar al absoluto era justamente a través de la naturaleza, de la cotidianidad, de lo mundano. 


Desde ese momento en que hay una supramentalización de las cosas, que conduce a ese sentido de separación, la naturaleza y la materia pasan a convertirse en un obstáculo para llegar a lo trascendente.


El obstáculo es el vinculante, lo que nos separa del árbol, por ejemplo, también es lo que nos une, que es el espacio que hay entre el árbol y nosotros. De esta misma manera, para llegar al espíritu lo que nos separa es la materia pero también es lo que nos une a ella. El solo hecho de cambiar la concepción de las cosas nos invita a no negar la experiencia.


Cuando el lado ascético se adueñó de esas concepciones, cuando la supraconceptualización le ganó a la vivencia, terminamos creando una sociedad basada en las divisiones, en el querer llegar, y se nos olvidó darle el lugar a la naturaleza, a la cotidianidad y a la experiencia. Antes las prácticas de aislamiento eran simplemente una preparación para vivir la cotidianidad de una forma diferente. Lo bonito de privarnos de algo es que luego logramos disfrutarlo más y de una mejor manera. Lo lindo de ayunar es resignificar la relación con la comida, lo lindo de pasar un tiempo en silencio es que cuando volvemos a hablar nos damos cuenta de la importancia de cada una de las palabras que decimos y escuchamos. Esa es la razón de ser de este tipo de prácticas, pero cuando nos quedamos solo en el lado de la separación terminamos desconectándonos de la vida. Por lo tanto recordar que el obstáculo es el vinculante, que no es la separación por la separación sino que la separación es simplemente la excusa, que el vivir lo no cotidiano es simplemente una excusa para volver a adaptarnos a la vida normal es parte de resignificar el sentido de esas cosas. Esas prácticas ascéticas son simplemente un entrenamiento para volver a ser un grihasta, para volver a ser una persona cotidiana. 




Sembrado por Elisa Ochoa y Esteban Augusto (Encuentros Octubre 2020)




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