OJALÁ 

Tú primer palpitar es el canto de Dios y a partir de ese instante y antes de el todo lo que percibas y lo que no, lo manifestado y no manifestado es el canto de Dios.

Ojalá no lo olvides, ojalá no te pierdas, ojalá no permitas caer presa de la confusión.

Ojalá descubras que eres una nota musical en ese canto de Dios que tiene su lugar en el pentagrama del universo y si te enteras contribuirás de buena manera a esa sinfonía.

Ojalá comprendas más temprano que tarde que las mismas herramientas que se te son dadas para este viaje, para vivir esta experiencia en este plano: tus sentidos, tus emociones, tus pensamientos y tu ego son también los barrotes de tu prisión, y la causa de su sufrimiento si no los mantienes en su lugar y en su tarea.

Ojalá entiendas que este canto de Dios está magistralmente orquestado.

Ojalá puedas fluir con la certeza de qué hay una inteligencia superior guiándolo todo desde el amor y la sabiduría.

Ojalá te hagas muchas preguntas y reconozcas que ya tienes todas las respuestas

Ojalá descubras que cultivar la serenidad, la ecuanimidad en los pares de opuestos será todo lo que necesites para ser feliz.

Ojalá valores y bailes tu propio compás y te mantengas fiel a tu ritmo.

Ojalá mantengas presente que no hay nada que arreglar en ti, que la perfección es el estado natural de tu Espíritu.

Ojalá expandas tu consciencia y percibas la vida desde una frecuencia más elevada.

Ojalá decidas hacer este viaje con una maleta más sencilla, más liviana porque ya eres suficiente y abundante

Ojalá reconozcas que ya eres Paz y vivas desde ese umbral.

Ojalá seas capaz de explorarte, reconocerte, disfrutarte, habitarte pero sobretodo elegirte.

Ojalá no des muchas vueltas para Ser quien viniste a ser.

Ojalá abraces fuerte tu luz pero que abraces mucho más fuerte a tus sombras.

Ojalá entiendas que tu lugar en el mundo es un derecho de nacimiento.

Ojalá encuentres la manera de que mientras tú conquistas esta verdad otros también lo hagan sin colonizarlos.

Sí, ojala…

Pero por si acaso y mis expectativas se esfuman y pierdes la ruta, el ritmo, no caigas en el estoicismo de buscar en la oscuridad de la noche una aguja en un pajar con una vela, pues aparte de peligroso será infructuoso, recurre a un reflector con buenos watts, vuelve tu mirada a El Canto de Dios, refúgiate en La Bhagavad Guita déjate arrullar por su melodía, déjate retornar al camino, sólo deja que cada palabra, cada verso de ese poema cale en lo profundo de ti para volver a sentir la música y volver a ocupar tu lugar en El canto de Dios.

Sembrado por Marta Cecilia Mora

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