LA MONTAÑA Y LA SELVA: TRACENDENCIA E INMANENCIA
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| Peregrinaje al nevado Zizuma diciembre 2021 |
Dicen que la medicina de la montaña es que el proceso de ascenso te depura, cada paso, hacia la cima te ayuda a agudizar la mirada, y cada nueva exigencia te invita a soltar todo lo que no necesitamos seguir cargando, y cuando llegas a la cima, estando ahí frente a frente con el cielo, con un perspectiva amplia sobre el horizonte lo único que te queda es la sensación de profundo recogimiento que te lleva a dentro, que te hace cerrar los ojos para mantener esa perspectiva amplia pero de tu interior, y cultivar esa sensación de estar frente a frente con El Infinito, pero dentro tuyo.
Dicen que la medicina de la selva es que recorrerla transforma, cada gota de sudor te limpia y cada paso por sus terrenos indómitos mantiente tus sentidos alerta, y cuando te encuentras con el corazón de la selva, medio de toda su vegetación exuberante, sus colores, sonidos, luces, formas, aromas, texturas, aunque cierres los ojos puedes seguir sintiendo todo lo que te rodea, y a la vez sentir la interconexión entre todo y entre todos, permitiéndote reconocer tu parte dentro del Todo.
A veces necesitamos ir a la cima de la montaña para aclarar nuestra perspectiva y conectarnos con lo Supremo, ese es el camino de la trascendencia. Y otras veces necesitamos ir al corazón de la selva para refinar nuestro sentir y para aprender a ver la manifestación de lo Supremo presente en todo lo que nos rodea, ese es el camino de la inmanencia. Y el rol del ser humano es aprender a integrar ambos caminos y ambas medicinas: recobrar el camino a la Fuente, y permitir que la Fuente se manifieste a través de nosotros.
(Algunos llamaran al camino de la montaña, Yoga, y otros llamaran al camino de la selva, Shamanismo, pero ambos son parte del mismo proceso, el florecimiento de la consciencia a través de la experiencia humana)
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| Chorrera de Chigayaco, Putumayo, Colombia |
Sembrado por Esteban Augusto (Enero 2022)
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