Hace poco me invitaron a hablar en un programa radial digital de unas amigas sobre el concepto de BIENESTAR. Ante ello no dudé en plantar algunas críticas sobre todo ese boom comercial que se ha creado promoviendo vidas perfectas con bienestar instantáneo creado como con fórmulas mágicas y de resultados inmediatos, y también a todo ese bienestar opresivo en donde no se puede “no estar bien”, que se comparte desde ciertas culturas organizacionales, y que termina promoviendo una negación de la realidad.
También hablamos un poco sobre ese ideal salvacionista de querer llevar bienestar a los “otros” y ahí aprovechamos para conversar sobre la necesidad de aprender a leer y adaptarse a los contextos, porque si no se hace de esta forma se terminan generando violencias en nombre del querer producir bienestar.
Ahora bien, eso de querer producir bienestar en los demás también es algo que debería ser revaluado, porque en el fondo sólo hay tres cosas que podemos hacer por el bienestar de quienes nos rodean, la primera de ellas es contribuir a la creación de condiciones en las cuales el bienestar de nuestros congéneres pueda florecer, la segunda es fomentar la instalación de capacidades para que cada quién pueda ser soberano de su propio bienestar, y la tercera es ser fuente de inspiración con cada uno de nuestros actos del bienestar que quisiéramos promover.
Por todo esto, es que resulta fundamental reconocer que lo que llamamos bienestar no es un ideal fijo e inamovible al que todos debemos llegar, sino que es más bien una especie de balance dinámico que debe estar situado según el contexto y la historia de cada ser. Y que el dedicarnos a promover el bienestar en quienes nos rodean es un reconocimiento de que esto del vivir no es una experiencia individual, sino colectiva, porque por muy fuerte que sea la ilusión de nuestra existencia individual, no es que existamos, sino que INTEREXISTIMOS, y eso implica reconocer que todo lo que le pasa a los otros, también es algo que me pasa a mí mismo, y que todo me pasa a mí mismo, no puede estar aislado de los demás.
Valoremos la interexistencia siendo promotores del bienestar.
Sembrado por Esteban Augusto (Junio, 2022)
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