Cuando hablamos de reflejo, nos referimos a que ese reflejo no tiene existencia real, puesto que lo único que hace el espejo es reflejar a lo que sí la tiene. Si algo se mira al espejo, él lo reflejará; si nadie se mira, él no reflejará nada. Si desaparece el espejo, lo reflejado continuará existiendo; si desaparece lo reflejado, aunque haya espejo, el espejo no reflejará nada.

En el espejo físico vemos el reflejo del cuerpo, pero la interpretación la dará la mente. En los sueños se refleja nuestra mente, y cada personaje soñado es una imagen de los contenidos de mi mente. En el sueño, aunque crea que muero no muero, aunque crea que soy rey no soy rey, aunque crea que estoy loco no lo estoy. Mientras esté en el sueño creeré que muero, creeré que soy rey, creeré que estoy loco. Sólo cuando despierte, me daré cuenta que fue un sueño y me podré sentir alegre o triste según el contenido del mismo.

Nosotros, al igual que todo el mundo, somos personajes del sueño de Brahman, somos reflejo de uno de sus pensamientos. Las escrituras lo conciben como un juego en el que Brahman parece jugar a las escondidas, se refleja en nosotros, y luego, ese reflejo de Brahaman en nosotros se refleja en otros espejos creados por él; pero por el poder de la autoconsciencia que tiene el ser humano, se nos ha olvidado el juego de los reflejos, y hemos creído que ese reflejo somos nosotros, hemos creado un ego que necesita reflejarse en otros egos porque el juego de los reflejos debe continuar.

Pero ahora ya no reflejo a Brahaman, sino que reflejo mis contenidos mentales de individualidad, egoísmo, identificación, incompletud, etc. Todo lo que reflejo son mis contenidos mentales, basados en memorias del pasado.

Nuestra tarea es volver a reflejar a Brahman, hasta después comprender que somos el mismo Brahaman y fundirnos en él, pero para ello necesitamos purificar la mente.

¿Y...Cómo purificar la mente?

Lo primero que se hace necesario saber que se hace con la misma mente. El Yoga Vashistha nos dice: “somete tu mente con la mente, purifica tu mente con la mente, destruye tu mente con la mente”.

En primer lugar, es necesario acercarnos a las Escrituras Sagradas. Ellas también hacen parte del juego de espejos, que permitirán reconocernos a medida que las estudiemos, y podrán orientarnos a recorrer el camino, que a la hora de la verdad no es ningún camino puesto que es mirarnos a nosotros mismos. Ellas nos hablarán de: Auto investigación, vasanas, liberación del deseo, viveka, pranayama, ecuanimidad, karma, dharma, abhyasa, vairagya, ilusión, dualidad, adoración a los dioses, meditación, prana, mente, ego, paradoja, semillas de samsara, ego, kundalini, esencia, naturaleza, renuncia, enfermedades físicas y psíquicas -su origen y sus remedios-, moksha, liberación, autoconocimiento.

Si elijo comprender y practicar uno de estos temas con integridad, resultaré practicando todos los demás; pero es importante recordar que cualquiera que sea el que elija, requiere de práctica continua y desapego. Esta práctica puede hacerse en cualquier lugar y cualquiera sea el rol que desempeñe. No necesito retirarme a las altas montañas o irme a un monasterio, no necesito dejar mi familia ni mis riquezas.

Importante mencionar que para recorrer este camino se requiere hacerlo con alegría, con acompañamiento de la Shanga y con la ayuda de un Maestro que ya haya recorrido este camino, y que nos pueda servir como espejo para podernos ver en él.

¿Y cuándo sabré que mi mente está purificada? 

La mente estará purificada cuando “atienda cada cosa en su momento y la abandone enseguida sin esfuerzo alguno, [entonces] la mente se convierte en no mente, en conciencia pura” Y cuando la mente esté pura, obtendremos EL AUTOCONOCIMIENTO que es volver a reconocernos como BRAHMAN. En una palabra, es despertar del sueño.

Sembrado por Vilásini (Diciembre 2020)

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