El término Tantra se traduce como tejido, telar, entramado, continuidad, o expansión. Por lo tanto, tantra puede entenderse como una red constituida por la continuidad entre el cuerpo y la mente, entre la realidad externa y la interna, entre el hombre y el cosmos, y nos recuerda la interdependencia entre todo lo que somos, y todo lo que es.
Al igual que otras prácticas y filosofías, busca que cada quien recuerde su unión con la consciencia primordial, para alcanzar un estado de paz, y felicidad completa. Para ello, reconoce el cuerpo material y las experiencias sensoriales como un medio para lograrlo y no como una prisión para el alma. Contempla la posibilidad de lograr la iluminación o liberación mientras habitamos este estado físico, ya que la existencia física es inherente a la realidad espiritual y es la cotidianidad o vida diaria el medio que tenemos para experimentar dichos estados.
Esta filosofía surge como un punto de vista diferente a las escuelas ortodoxas como el Vedanta, en las que se busca ese estado de unión a través de abstraer o retirar los sentidos y/o el placer del exterior, para que la mente no se distraiga con los objetos externos y se facilite su
búsqueda interna.
Se introduce por lo tanto una perspectiva positiva sobre el cuerpo y su energía sutil, otorgándole un carácter sagrado, y recordando la importancia de mantenerlo en excelente estado que permita el despertar de la energía conscientemente.
Sus prácticas implican la conjunción entre varias modalidades de Yoga: Hatha Yoga (para el
desarrollo de la fortaleza corporal), Kundalini Yoga (para el cultivo de la energía) y el Laya Yoga (para el desarrollo de la disolución de la estructura mental). Todo con el fin de sintonizar mediante en canal central (Sushumna) las energías masculina de la consciencia (Shiva) y femenina de la creación (Shakti), presentes en toda la creación, y por tanto también presentes en el ser humano.
Sembrado por Juliana Valencia y Esteban Augusto (Encuentros Septiembre de 2019)
0 comentarios