Escucharlo atentamente mientras se desahogaba de su versión de la historia fue algo poderoso, y me llevó a decirle que una de las mejores formas de sobrellevar una crisis de gratitud, era agradeciendo, porque si sentimos que algo nos falta, seguro es porque nosotros mismos ni siquiera nos hemos dado la posibilidad dar aquello que sentimos que carecemos.

Con ello me invitaba a recordar algunos momentos en los que quizá también me he sentido así, (y no es sentirme a punto de jubilarme/retirarme, aunque ya lo quisiera) sino sobre la crisis de gratitud que también la he experimentado en momentos donde no me he sentido valorado, cuando algunos amigos cercanos a quienes he apoyado desde el inicio en esto de la enseñanza de yoga, les he recomendado para trabajos, les he abierto puertas para llevar proyectos a diferentes públicos, les he acompañado disipando sus dudas, les he conducido a profundizar en su práctica y su enseñanza y hasta les he asesorado en lo referente a muchos aspectos de la vida, muchos de ellos nunca se tomaron la molestia de agradecer por lo que se hizo, y algunos más osados aún, no conformes con evitar agradecer se han dedicado a copiar las ideas de actividades, cursos, metodologías que propongo, incluso han copiado párrafos textuales de mi autoría para promocionar sus propios eventos. O en momentos donde no me sentido útil, como cuando he visto a algunos de los seres que he acompañado perderse en camino y hacerse daño y de paso hacerle daño a otros seres, y me han llevado a repensarme si lo que hago es algo por lo que de verdad valga la pena agradecer. ahora bien, tanto mi amigo como yo deberíamos aprender a a gradecer a todos aquellos que nos han servido, pero sobre todo a los que nos han dado la posibilidad de ser servidores, y también deberíamos reconocer que la labor de servir, debe estar acompañada de la de olvidar, porque si no, nos sentiremos esclavizados a la expectativa de los resultados de nuestras acciones, y aunque a veces creamos que debemos merecer recibir la gratitud, puede que seamos nosotros quienes debamos darla.