Libro 3: Vibhuti Pada; sutras 23-35

by - abril 09, 2020

"“Por samyama en la amistad y otras cualidades semejantes se obtiene el poder para transmitirlas" Libro 3: Sutra 24


Tal y como lo vimos en la entrada anterior, comenzamos a concentrarnos, luego pasamos a la meditación y finalmente al samadhi y este es el proceso del samyama, al hacer este proceso con diferentes objetos se producen diferentes resultados, que pueden parecer muy místicos, como por ejemplo hacerse invisible, ver las vidas pasadas o leer la mente. Pero así como lo explicamos anteriormente, con las vidas pasadas que son la forma en que el pasado (nuestra propia vida, la vida de nuestros ancestros o la evolución de nuestra especie) se manifiesta en nuestro patrones de comportamiento actuales, todos estos logros pueden concebirse como refinamientos que alcanzamos al estar totalmente presentes en cada una de nuestras acciones y que nos permiten liberarnos de muchas concepciones e ideas, reconfigurar la manera en que nos relacionamos y comprender mejor lo que nos rodea.

 Así como en el apartado anterior, para presentar cada uno de los vibhutis se va a hacer referencia al texto tal cual aparece en la traducción de Sri Swami Satchitananda.


Aprender a morir:


 S.23 “Hay dos tipos de karmas: de manifestación rápida y manifestación lenta. Por samyama en ellos, o sobre los presagios de la muerte, se obtiene el conocimiento del momento de morir”.

 Si practicamos samyama sobre cada una de las acciones que realizamos en la vida, el fruto de cultivar plena conciencia en cada acción, es entender los resultados de esas acciones. Si nos hacemos conscientes de lo que hacemos en cada instante, automáticamente nos hacemos conscientes también del efecto que causan nuestras acciones y de una u otra manera nos es posible comprender la finitud de cada una de las cosas y de nuestra propia vida.

 Desarrollar esta conciencia nos permite por un lado, cuidar más de cada una de nuestras acciones y nos encamina también a liberarnos de muchos de los patrones según los cuales actuamos, nos ayuda a soltar miedos, prejuicios, a soltar lo que mueve nuestras acciones de forma automática.

 Por ejemplo, cuando antes de insultar a alguien reconocemos la herida que puede causar en el otro y reconocemos además que al hacerlo estamos alimentando una parte poco sensata de nosotros mismos, comenzamos a cultivar la compasión en un nuestro actuar.

Cuando conocemos la compasión, cuando hemos vivido y actuado desde la compasión, nos damos cuenta como ese modo de actuar cambia totalmente la relación con los demás y aprendemos a cultivar la no reacción. Cuando vivimos conscientes de los frutos de nuestras acciones reconocemos la finitud de todo lo que nos rodea, la finitud de lo que somos, comprendemos que cada acción tiene su final y podemos así, conocer, afrontar y entender la muerte sin miedo.

 Este sutra se puede ver desde el lado mágico, pretendiendo conocer el momento exacto en el que vamos a morir o puede entenderse que al estar concentrados en cada acción podemos entender el fruto de cada una y al entender ese fruto comprender que las acciones también en un momento cesan y que así como las acciones, el hacedor mismo en algún momento dejará de hacer. Este siddhi nos permite cultivar una ecuanimidad que nos lleva a entender y aceptar las acciones, los frutos de las acciones y el final de las mismas y de esta forma poder liberarnos de patrones que hemos cultivando en el tiempo y actuar con mayor conciencia frente a la acción misma y a sus consecuencias.


Irradiar virtudes:



 S.24 “Por samyama en la amistad y otras cualidades semejantes se obtiene el poder para transmitirlas".

 El desarrollar samyama sobre una cualidad o una virtud tiene dos efectos distintos, el primero es que hace que nos carguemos con la cualidad misma y el segundo es que cuando estamos lo suficientemente cargados podemos irradiarla. Una virtud es todo aquello que hace que el corazón sonría, cuando agradecemos nuestro corazón sonríe, cuando hay alegría el corazón sonríe.

 Cada vez que hacemos samyama sobre la gratitud, por ejemplo al sentarnos y agradecer por algo a cada persona y cosa que pase por nuestra mente, de tanto evocar la gratitud, así sea de forma artificial, lo que terminamos haciendo es creando conexiones neuronales en función de la gratitud que nos permiten desarrollarla y comenzamos a actuar con gratitud sin necesidad de hacerlo de forma premeditada. Así es como este cultivo artificial de las virtudes, logra que esa o esas virtudes que se cultivan, se conviertan en la primera reacción ante una situación y en ese momento es que podemos percibir que el fruto de esa virtud se ha desarrollado en nosotros y luego cuándo estamos tan cargados de esa virtud que casi ni nos cabe en el cuerpo, el único camino que tiene es expandirse, irradiarse a los demás.

 Cuando desarrollamos samyama sobre una virtud hace que nos apropiemos de ella, que creemos una conexión neuronal que nos lleva a comportarnos en función de esa cualidad. Este es un trabajo que lleva mucho tiempo, no es simplemente repetir mentalmente una palabra de vez en cuando, como muchas veces se propone; la idea es tener esa virtud muy presente, cultivarla en cada respiración y después de muchos años va a estar más marcada en nosotros, más interna, más presente, vamos a estar recargados con ella y de tanto recargarnos va a llegar un momento en que comience a expandirse alrededor. Si podemos recargarnos a nosotros mismos y luego compartir, regar lo que nos rodea con diferentes virtudes edificantes, estaremos sumando para lograr que todo sea mejor.

 Este sutra además, plantea una responsabilidad de doble vía, cuando cultivamos en nosotros una virtud y nos llenamos tanto de ella que no podemos contenerla en nuestro cuerpo comenzamos a irradiarla, pero de la misma manera sucede cuando cultivamos en nosotros actitudes que no son provechosas, que no generan nada positivo; si nos llenamos tanto de esas actitudes también comenzaremos a expandirlas a los que nos rodean. Así que es nuestra decisión elegir de qué queremos llenar el mundo, qué queremos llevar con nosotros y compartir con los demás.

 La invitación entonces, es a escoger una virtud, cultivarla, nutrirnos tanto de ella que podamos luego irradiarla, compartirla con los demás. El poder del practicante de yoga es que a donde llega los espacios se armonizan, los que están alrededor se armonizan y esto sucede porque el practicante tiene una calma tan grande, tan cultivada que logra compartirla con los demás. No nos es posible controlar el mundo afuera, lo que sí es posible es cultivar la actitud con la que queremos encarar las situaciones, recargar cada uno de nuestros momentos en función de las virtudes que queremos ver en el mundo. Armonizarnos para armonizar todo lo que nos rodea.

 S25. "Por samyama en la fuerza de elefantes y otros animales semejantes, es obtenida su fuerza"

  Cuando nos enfocamos en una facultad o atributo de cualquier ser específico podemos potenciar esa facultad en nosotros. Nuestros pueblos ancestrales, por ejemplo, se reflejaban en un animal y con esto lo que hacían era desarrollar una facultad o atributo específico de ese animal, absorbian las habilidades y las replicaban. Este sutra parte de la concepción humana de buscar absorber o asimilar a través de la naturaleza las cosas que queremos que pasen en nuestra vida. Nuestros ancestros lo hacían de una forma más tangible y en el texto lo expresa de una forma más mística, las dos formas obedecen a concepciones similares y se relacionan a distintas formas de aprendizaje. 

 S26. “Por samyama sobre la luz interior, el conocimiento de lo escondido y remoto es obtenido” 

Cuando hacemos samyama sobre la luz interior estamos concentrándonos en lo que no puede verse a simple vista, en lo sutil, de tanto concentrarnos en lo sutil se desarrolla el conocimiento de lo intangible, la capacidad de entender realidades que son simultáneas y que van más allá de lo físico. La invitación es a ver más allá de lo ordinario, más allá de lo que es palpable para desarrollar así el conocimiento de los sentidos suprafísicos.

 Concentrarnos sobre lo sutil nos permite obtener el conocimiento de lo sutil, de la misma forma en que el científico al concentrarse sobre algo que no puede ver a simple vista, como un protón por ejemplo, logra desarrollar el conocimiento sobre el protón, así mismo cuando uno dirige su atención sobre un patrón mental como el miedo o la rabia puede desarrollar claridad sobre ese patrón y puede vislumbrar lo que hay más allá de esa sensación como parte del mismo ejercicio.

 A dónde se dirige nuestra atención va nuestra energía. La facultad de la atención es como una regadera, los puntos en que enfocamos más la atención son semillas que vamos regando y por lo tanto las semillas que más se van a nutrir. Si dirigimos más la regadera hacia la angustia o el miedo esas son las semillas que más se van a desarrollar en nosotros y las que se van a expresar a través de nuestra vida. El trabajo es aprender a regar aquellas cosas que son edificantes para nosotros o que sentimos que más necesitamos y restringir el riego de aquellas que queremos ir dejando atrás.

 La atención es esa regadera que alimenta con energía las semillas en las que nos concentramos. Si nuestra atención en lo sutil se trabaja con más profundidad hasta llegar al samyama podemos conectarnos con lo sutil y entenderlo. Lo sutil y lo que podemos conocer tiene un rango bastante amplio y nos permite en cualquier caso hacernos conscientes que además de lo denso, de lo que es percibible a través de los sentidos existen muchos mundos más profundos y sutiles que conviven con nosotros.


Estructuras de cosmos interno:


 S27. “Por samyama sobre el sol, el conocimiento del sistema solar entero es obtenido”

 El sol puede entenderse de dos formas distintas, una tiene que ver con el plexo solar, así que al hacer samyama sobre el plexo solar se obtiene el conocimiento del sistema solar, que es el sistema energético interno conformado por todos los chakras, y la forma en que la energía fluye en diferentes plexos nerviosos y la relación de éstos con las glándulas.

 Otra forma de entenderlo es concentrarse sobre la fuente de luz en el séptimo chakra, al conocer la fuente es posible entender todo el sistema energético que subyace en nuestro cuerpo.

 S28. “Por samyama sobre la Luna se obtiene el conocimiento de la posición de las estrellas”

 La Luna, está relacionada con el plexo lunar, que se encuentra en el área del entrecejo y se correlaciona con el sexto chakra, que potencia nuestra capacidad de ver en la oscuridad y de serenar. Al hacer samyama sobre este centro se desarrolla el conocimiento de los astros y las estrellas, que son aquellos objetos celestes que siempre están cambiando pero que siempre son las mismas.

 Cuando desarrollamos conocimiento o samyama sobre el plexo lunar lo que se desarrolla es la facultad de entender algo que siempre está fijo pero que a su vez siempre está cambiando, y esta es una forma de entender los pensamientos que siempre están cambiando pero que están fijos, están anclados a ciertos patrones pero están en constante renovación. Desarrollar el conocimiento sobre el plexo lunar, el entrecejo, que tiene la facultad de discernir, nos invita a comprender todo este proceso de los pensamientos.

 S29. “Por samyama sobre la estrella polar se obtiene el conocimiento del movimiento de las estrellas”

 La estrella polar, es la que marca la dirección, la que permite orientarnos. Algunos creen que cuando Patánjali se refiere a la estrella polar se está refiriendo al nasagra que es el punto donde nace la nariz o ajna chakra.

 La estrella polar permite ubicarnos y establecer nuestro camino, si tenemos clara la estrella polar, tenemos clara la dirección; si aprendemos a concentrarnos en el punto que rige nuestra dirección, que debería ser el centro de nuestra intuición, podemos saber hacia donde vamos.

 Al desarrollar la concentración, la meditación y el samadhi en función del ajna chakra desarrollamos la comunión con la intuición y la intuición simplemente nos guía, nos marca el destino y ahí es donde desarrollamos el conocimiento del curso del destino.

 S30. “Por samyama en el chakra del plexo solar, se obtiene el conocimiento de la constitución del cuerpo”

 El ombligo es el punto de la densidad y el alimento, al hacer samyama en este lugar es posible desarrollar el conocimiento de las diferentes estructuras del cuerpo. Cuando nos conocemos y nos ponemos en contacto con nuestro propio cuerpo es posible conocer su funcionamiento, comprender que algunas partes de nuestro cuerpo se contraen mientras otras se expanden, es posible entender los ciclos que intervienen en su funcionamiento y las diferentes funciones.

 La puerta de entrada para este conocimiento es el ombligo, que es el punto por el que nos alimentamos y mantenemos toda la estructura, si nos sumergimos en ese punto, nos es posible conocer la estructura que se alimenta desde este ahí, ya que todos los canales energéticos están conectados a este punto.

 S31.” Por samyama en la garganta, es lograda la cesación de hambre y sed” 

El hambre y la sed son manifestaciones y aceptaciones de la vida, son formas por las que aceptamos el estar vivos. Al comer aceptamos la vida y aceptamos que tenemos que mantenernos vivos y por eso nos alimentamos. Negar la vida de alguna u otra forma es negarse a comer. Cuando tenemos conflictos con la vida usualmente se disminuye el apetito.

 Al hacer samyama en la garganta lo que se hace es alimentar la garganta no de la fuente de la que usualmente la alimento sino a través de la propia atención. La atención se convierte en una fuente de energía que termina supliendo la energía que recibimos directamente de los alimentos por la garganta y por esa razón cesan el hambre y la sed.

 S32. “Por samyama en el kurma nadi, (un sutil tubo con forma de tortuga por debajo de la garganta), se obtiene inmovilidad en la postura meditativa”

 El kurma nadi es un punto muy poco mencionado en los textos y sobre el que no se tiene clara su ubicación. Existen dos concepciones al respecto, la primera que dice que está ubicado en la zona epigástrica, en la boca del estómago y la otra que dice que queda en la parte baja de la garganta. 

Kurma significa tortuga, por lo que kurma nadi sería el canal de la tortuga. Así que al concentrarnos en el canal de la tortuga desarrollamos la inmovilidad y la estabilidad. La tortuga es uno de los animales más estables e inmóviles, así que una forma de entender este sutra, es que al concentrarnos en la facultad de la tortuga que está representada en nuestro propio interior podemos replegarnos y desarrollar la inmovilidad. Otra forma de entenderlo es que existe un punto en nuestro interior en el que podemos asentarnos y sobre el que podemos concentrarnos cuando nos disponemos a meditar y que nos hace más estables, permitiendo que disminuyan las sensaciones externas; este es el punto que controlan los sentidos que van hacia el afuera, replegándolos hacia adentro tal y como hace la tortuga al guardar sus extremidades en el caparazón nosotros podemos integrar esos sentidos, esas sensaciones y llevarlas adentro.

 S33. “Por samyama en la luz sobre la coronilla de la cabeza (sahasrara chakra), se obtienen visiones y habilidades de maestros”

 Al concentrarse en la luz sobre la cabeza llegan visiones o aprendizajes de seres perfectos, lo que se suele denominar como inspiración divina. Este sutra es una invitación a reconocer cuales son esas personas que nos llenan de inspiración. Cuando pensamos en alguien para que nos sirva de guía solemos visualizarlo sobre nuestra cabeza y sentimos que nos ayuda a orientarnos, estas personas que se convierten en nuestra guía pueden ser un padre, una abuela, alguien que conocemos y que sentimos que de alguna manera está por encima de nosotros, por encima de nuestra cabeza y que desde allí nos inspiran.

 Si nos enfocamos en algo que está más allá de nosotros, por fuera de nuestro cuerpo y lo ubicamos encima de la coronilla, estamos dándole la facultad de orientarnos, de guiarnos y ahí es donde desarrollamos un conocimiento que no viene propiamente de nosotros, este conocimiento que se desarrolla es una guianza que nos permite actuar tomando el ejemplo de aquellos que son fuente de inspiración.

 Un buen ejemplo es el llamado parampará, o el linaje ininterrumpido del gurú y sus discípulos, llamado dentro de la tradición del kundalini yoga como la cadena dorada, y desde lo que entiende que todos estamos conectados con un hilo hacia la fuente, este hilo que representa la sabiduría de la tradición ha ido pasando a través de las generaciones por diversas personas. Esta cadena dorada permite conectarse con esos seres que inspiran, con las visiones y aprendizajes de seres perfectos.

 Lo que se hace es invocar a aquellas personas de las cuales aprendimos como humanidad y esa es la forma en que hemos creado, también como humanidad, el arquetipo del sabio, del maestro; cuando invocamos esos arquetipos develan la inteligencia que colectivamente hemos desarrollado y es así como cada linaje de yoga tiene su propia tradición y tiene muy presente a su maestro y a los maestros de sus maestros hasta llegar a la fuente o al primer punto de inspiración que termina siendo una posibilidad de administrar o de recibir un conocimiento específico.

 S34. “O, en el conocimiento que nace de la iluminación espontánea (a través de una vida pura), todos los poderes vienen por sí mismos”

 Cuando se desarrolla la luz de la intuición esta permite alcanzar el conocimiento sobre todo. La luz de la intuición está ubicada en el punto donde nace la nariz, en ese punto se condensan muchos elementos, se encuentra cerca al tercer ojo, al ajna chakra, así que permite despertar la facultad de conocer más allá de lo que entendemos desde nuestra racionalidad. 

 La luz de la intuición es esa lámpara que esclarece y logra disipar las sombras, nos permite ver más allá de las sombras. Concentrarse sobre la facultad misma de conocer nos permite dirigir esa facultad sobre lo que existe, lo que nos lleva al conocimiento sobre todo. Podemos dedicar varios años a concentrarnos sobre cada uno de estos objetos de samyama y desarrollar los siddhis que hemos abordado. Pero si miramos con detenimiento podemos darnos cuenta que vivir armónicamente implica el haber purificado la facultad de percepción, estar presente en cada una de las acciones, en cada uno de los samskaras. El solo hecho de practicar samyama genera de por si estos efectos. 

 S35. “Por samyama en el corazón, el conocimiento del material mental es obtenido” 

 Al desarrollar samyama sobre Hridayam (centro del pecho, corazón espiritual) se alcanza el conocimiento sobre citta, la conciencia. Para las tradiciones de la India la conciencia como tal se encuentra en el corazón, lo que genera un cambio de sentido comparado con nuestra propia percepción de la conciencia. 

 Los sabios indígenas dicen que la conciencia es la que permite que el cerebro exista y no al revés como se entiende muchas veces desde nuestras culturas occidentales. Desde la tradición de la India, citta, el órgano de la conciencia, tiene un símil con el corazón y es por eso que sumergirse en el corazón es una forma de sumergirse en todo el material de la conciencia y todo lo que de ella emana. Cuando aprendemos a desarrollar samyama en el centro del pecho lo que estamos haciendo es evocar la facultad de ver la fuente misma de la conciencia, citta.

Sembrado por Elisa Ochoa y Esteban Augusto (Encuentros Marzo 2020)

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