Libro 4: Kaivalya Pada; sutras 1-11

by - mayo 03, 2020

"Los siddhis emergen por el nacimiento, las hierbas, los mantras, el tapas o el samadhi" Libro 4: Sutra 1.

Las diferentes fuentes de los siddhis:


 En el primer sutra de este libro se expone que los siddhis pueden obtenerse por prácticas realizadas en nacimientos previos, por el uso de hierbas, por repetición de mantras, por ascetismo o por samadhi. 

 Todos estas formas de obtener logros a excepción del samadhi son superficiales y de la misma forma en que se obtienen pueden perderse. El samadhi al ser el resultado de un cultivo y un proceso personal puede ser más duradero. 

 Cuando se obtiene a través del nacimiento, a pesar de que en otra vida se hizo un proceso para obtener ese logro no existe ninguna garantía de que en este nacimiento se vaya a usar adecuadamente.  

Los siddhis obtenidos a través del samadhi implican un proceso que mientras conduce al siddhi genera un aprendizaje sobre cómo manejar ese logro alcanzado y permite que sea usado según unos preceptos básicos. 

 En la vida aprendemos muchas cosas que vamos a necesitar después, el proceso del samadhi implica un trabajo sobre nosotros mismos que permite que si en algún momento llega un poder, este no termine siendo esclavo de nuestros patrones previos, cosa que no se puede garantizar que ocurra con los siddhis obtenidos por otros medios.


La remoción de los obstáculos para la evolución:


En los sutras siguiente se expone que la transformación de una especie en otra se da debido al flujo de la naturaleza, lo que nos invita a la rendición, a entender que el proceso en el que estamos inmersos y que suponemos controlamos no nos garantiza la transformación ya que esta está regida por la naturaleza misma. Debemos dejarnos fluir con la naturaleza, rendirnos a ella para que haga su trabajo. Esto no significa que dejemos de trabajar en nuestros procesos, pero sí que lo hagamos sin expectativas entendiendo que la transformación no depende de nosotros, que la naturaleza evoluciona según sus condiciones y que no somos parte de eso, que no las podemos modificar.

La práctica directamente no genera evolución, lo que genera la práctica es un proceso en el que se van removiendo obstáculos haciendo que el camino se despeje y se logre fluir hacia el kaivalya. Practicamos yoga no solo para nuestro beneficio sino para el beneficio de todos, incluso podríamos ver que ciertos eventos que a primera vista se ven como fuente de caos y confusión podrían entenderse como una forma natural de remoción de obstáculos. 


El funcionamiento de Citta:


 A partir del sutra cuatro se comienza a hacer un recorrido acerca del funcionamiento de citta, el cual inicia exponiendo que citta existe gracias al asmita, este sentido de individualidad es el que permite que emerja citta como mente o conciencia individual y que desde citta se generen las otras variaciones que suceden en el interior. 

 Esta idea de la mente debe entenderse también desde la creación del universo mismo, al éste fragmentarse se genera citta como una manifestación del proceso de individualidad.

 Este sentido de individualidad viene de un proceso colectivo, de una gran mente colectiva, que puede entenderse al pensar en un sistema de emisoras, donde cada una de esas emisoras corresponden a las mentes individuales generadas desde el asmita de cada persona y donde todas están sintonizadas con esa gran mente que recibe programas y que está en el afuera; todo el conjunto de emisoras es la gran mente colectiva y nosotros decidimos desde cual mente conectar. La mente, citta, parte del sentido del asmita, cuando lo absoluto se separa para verse a sí mismo, la mente crea la ilusión de separación. 

La mente colectiva es la sumatoria de las mentes que identificadas de forma individual y guarda todos los procesos de identificación que hemos generado, tales como el sentido patriótico, el instinto de supervivencia y el miedo. Esta mente colectiva, con los patrones que tiene guardados, influencia cada una de las citta individuales que la componen, generando un marcaje o una tendencia colectiva, de esta forma se generan y se mantienen por ejemplo el sentido de ser latinoamericano, de ser hincha de un equipo de fútbol, de identificarse con un colectivo. Estas mentes colectivas permiten separar un conjunto de individuos y moldearlos para cumplir con su rol humano. 

 Las funciones de citta son diversas, incluso podría entenderse que se tienen diversas mentes pero realmente, solo hay una función de la mente que direcciona, que podría decirse que es la citta original. Dentro de estas funciones se encuentra la de buddhi que es quien tiene el potencial de percibir el orden, a través de esta función es que se hace posible buscar la mente original, que parte del ejercicio de tratar de que el buddhi no se cargue con las impresiones del día a día para poder conectarse así con esta mente.

 Buddhi, tiene la gran facultad de percibir las diferencias, es quien tiene el poder de desarrollar el viveka o la facultad de discernimiento, la posibilidad de hacernos conscientes desde donde surgen nuestras acciones en todo momento.


La mente que emerge de la meditación:


Patanjali expone además que la mente que surge de los estados de meditación es una mente carente de marcajes. La vida ordinaria produce en nosotros muchos marcajes, la meditación por su parte produce momentos libres de ellos y libres de apego a esas marcas. En la medida en la que podamos expandir la meditación se pueden tener más momentos libres de marcajes. 

 Sí la gran visión del yoga es la cesación de las fluctuaciones mentales, entender la meditación como el proceso que corta el circuito que alimenta las fluctuaciones, nos ayuda a entender el papel primordial de la meditación para lograr el gran propósito del yoga.

 No podemos desconocer que la mente creada en la meditación es artificial, que meditar como tal es un práctica artificial, pero el trabajo de estas prácticas artificiales se convierte en una posibilidad para salir de la artificialidad en la que estamos. El mundo en el que vivimos es ilusorio, es un mundo construido, impuesto y que nos ha sido vendido, así que la forma de salir de esa artificialidad en la que habitamos es con otra artificialidad, una que nos permita acercarnos a la experiencia de una mente más allá del artificio. La mente natural podría entenderse como aquella que nos permite ver más allá de lo que está pasando, más allá de lo que nos han impuesto, más allá de los marcajes y de las identificaciones. Liberarse de todo esto es lo que se suele hacer con la meditación para poder percibir que hay algo más allá de eso, que hay algo más allá de los marcajes, más allá de lo que hemos creído que somos.

 Cuando pretendemos pensar o encasillar nuestra mente natural estamos poniéndonos más marcajes, cuando definimos estamos limitando lo absoluto, limitando las posibilidades. La invitación es a encontrar el punto en el que somos receptivos sin creer que ese es el punto de nuestra mente natural, impedir que los patrones se instalen, que se sigan replicando y al mismo tiempo seguir receptivos con los que sucede en el exterior. 

 Cambiar el patrón es cuestionar esa artificialidad en la que estamos inmersos. Cuando nos adentramos en nosotros mismos nos es posible reconocer que muchos de los patrones que tenemos instalados no son realmente nuestros, no fueron instalados por nosotros sino que se generaron como reacciones a sucesos externos. Así que gran parte del ejercicio es entender de dónde vienen nuestros patrones, cómo se relacionan y cómo se combinan las acciones y las emociones en el momento en que emergen esos patrones y en ese punto de observación nos es posible reconocer la posibilidad que tenemos de transformarlos. 


Las acciones de un yogui:


 Por otro lado, en el libro se expresa que las acciones y las reacciones a las acciones de alguien que vive el yoga están desprendidas de la finalidad de hacer daño y de la intencionalidad de hacer el bien, los impulsos están totalmente desvanecidos y simplemente hace lo que tiene que hacer sin pretender, sin buscar un resultado. Se da cuenta que él mismo no es el que actúa, que es la naturaleza, las gunas a través de él y eso no significa que no haga nada, como podría entenderse, sino que lo hace todo desde un lugar en el que no pretende dominar las acciones, las acciones son hechas, hace lo que le corresponde. 

 Patanjali dice que las acciones del yogui no son blancas ni negras, mientras que las acciones de los demás pueden ser blancas, negras o entremezcladas, lo que quiere decir que pueden ser buenas, malas o una mezcla de las dos según la intención con que se hagan. Muchas veces esa expresión es usada como una excusa por las personas que se dicen iluminadas para hacer cosas que si realmente estuvieran en el camino no harían, creyendo que están por encima de los demás y que no pueden ser juzgados por ello. El principal problema con estas actitudes es creer que se ha llegado a algún lugar, lo que lleva bajar la guardia de estar constantemente purificándose; cuando abandonamos el sentido de proceso aparecen nuevas impresiones. 

 Muchos maestros que se han visto envueltos en escándalos por conductas inadecuadas, se formaron a la antigua, aislados, en un ambiente monástico en el cual hombres y mujeres vivían separados, sin tener posesiones y cuando la vida los llevó a cambiar su contexto, su forma de actuar también cambió. Estos maestros llegaron a Occidente sin posesiones y muchos de ellos recibieron donaciones de dinero y no sabían qué hacer con esa nueva sensación de abundancia; se comenzaron a relacionar con mujeres y no estaban preparados para las nuevas energías que se desataron y como creían que habían llegado a un lugar no estuvieron atentos a los nuevos contextos que se les presentaron, a los nuevos marcajes y terminaron generando mucho sufrimiento alrededor, hiriendo, violando y estafando a otros. 

 El no mantenernos en el proceso de purificación termina creando condiciones que pueden llegar a generan aflicciones en los demás. 


Los samskaras y los vasanas:


 Volviendo a las acciones, podemos decir que éstas siempre están influenciadas por las acciones pasadas, toda acción del presente está regida y conectada con una acción del pasado y el karma representa tanto esa acción como esa conexión. En toda acción, además de la acción misma se tiene una memoria sobre ella, esta memoria es el samskara, que es el que finalmente construye nuestros patrones de comportamiento automático o vasanas. Cuando las condiciones son ideales estos impulsos emergen detonándose ese vasana acumulado por las acciones del pasado. Una acción se convierte en un marcaje y cuando encuentra el momento ideal se convierte en otra acción. 

 Todo lo que hemos vivido a lo largo de la vida y todas nuestras acciones pasadas generan dos elementos, unos samskaras que se convierten en las semillas de las nuevas acciones y unas memorias o smitri, que son los recuerdos de las acciones vividas. El proceso en el que se acumulan experiencias del pasado, aunque sea en diferentes momentos, lugares y condiciones generan un impulso en la misma dirección y hace que se alimenten los samskaras.


Ciclo de vrittis-vasanas-samskaras-karma:


Citta funciona a través del proceso vrittis, vasanas, samskaras y karma y este proceso trasciende la línea temporal, la memoria es el cúmulo del proceso mental y los samskaras son las semillas o el germen para que el proceso mental se replique, son la forma en que la mente logra atarse a un tiempo específico conectada con los procesos de memoria, de marcaje y de experiencias previas. 

 Estos samskaras son eternos, siempre están y han estado ahí y no debemos preocuparnos por desenmascarar su origen, ya que existen desde que hay mente. La forma de cesarlos es cortar la relación entre causa y efecto, la regularidad y el apoyo que soportan cada samskara. Los samskaras son el marcaje que queda de algo que se hizo o se vivió, estas marcas están sustentadas en la experiencia y en el recuerdo de la experiencia y de acuerdo a la regularidad, es decir que tan frecuente se vive o se ha vivido esa experiencia, una frecuencia mayor da un soporte más fuerte al samskara.

También existe una relación entre lo que se hace y el efecto, todos las impresiones están atadas a algo y son regidas por una relación de causa y efecto y son influenciadas por la frecuencia, todos estos factores alimentan las impresiones, es por esta razón que la forma de podar los samskaras es cortar los soportes, la frecuencia y la relación causa y efecto y la forma más sencilla de hacerlo es dejar exponerse al tipo de situaciones que deseo soltar. Por ejemplo si toda la vida he estado escuchando a personas que se insultan entre sí, voy conscientemente a dedicar tiempo a no exponerme ante gente que constantemente se trata mal y de esta forma voy cortando el ciclo de la regularidad, cortando la relación de causa y efecto, desestimulando así el proceso que ha mantenido ese samskara. Cuando cortamos la relación de causa y efecto lo que terminamos haciendo es desdenganchándonos de la expectativa de resultados. El desarrollo de nuestra facultad de discernimiento nos ayuda a dejar de darle energía a los samskaras

 El proceso de los virttis no es más que el fruto de los samskaras que a lo largo de la vida hemos ido a acumulando y para poder cesarlo hay que desactivar los samskaras residuales, desactivar la relación memoria, frecuencia y el vínculo entre lo que se hace y lo que se obtiene, si logramos desactivar los samskaras terminamos generando menos vrittis

 El vasana es el impulso, el deseo de hacer algo y el samskara es lo que mueve el impulso. Una forma de entenderlo suele ser con una línea que se repliega sobre sí misma para formar un círculo. A un lado se tiene un vritti, todo lo que percibo, lo que siento o imagino, todo lo que sucede mentalmente y este vritti termina siendo acumulado formando una huella, guardándose o condensándose en un samskara que cuando trata de volver a emerger en un vritti se convierte en un impulso, en una tendencia. Un samskara es una semilla que está guardada e inmóvil y que tiene la potencialidad de convertirse nuevamente en un vritti. Por ejemplo cuando tenemos un vritti de tristeza termina guardado en un depósito que no sabemos que tenemos y si durante años nos hemos expuesto a un ambiente triste, en algún momento ese samskara según las circunstancias puede detonar y lo que pasa es que esa semilla estaba siendo constantemente abonada hasta que logró emerger. El impulso que lo lleva a crecer es el vasana, la tendencia que suele estar marcada por experiencias previas y que se repliega sobre sí misma para convertirse en acción. Cada vritti está asociado a una acción y cada samskara y cada vasana son una invitación a la acción y cada acción es una reacción a las acciones del pasado. 


Crear nuevos caminos:


 La primera parte del proceso es purificar, sanar los contenidos que traemos y en este punto es en el que se hace fundamental el lado terapéutico, antes de conectarnos con lo que somos es necesario soltar lo que no somos, dejar de alimentar esos circuitos para poder tomar un camino distinto.

 Los vrittis solo suceden en el presente, por ejemplo la tristeza como vritti solo está en el presente, cuando comenzamos a guardarlo en forma de añoranza es el samskara y es el recuerdo de la tristeza. 

El vasana es el impulso, es el que conecta el samskara con el vritti. Estas conexiones se pueden visualizar como canales y algunos de estos canales han sido construidos a lo largo de mucho tiempo y se convierten en grandes autopistas por las que la mente fluye de forma casi automática. Por ejemplo alguien que dice muchas groserías tiene un depósito muy bien alimentado por todas las groserías dichas y escuchadas y es probable que su depósito de palabras de cariño no esté tan nutrido. Este persona entre más se exponga a palabras groseras más estará alimentado ese samskara, de igual forma pasaría si esta persona decidiera comenzar a decir y escuchar más palabras de cariño. El vritti es lo que se manifiesta en ese momento con la acción a través de la palabra, nos manifestamos según lo que más hemos alimentado, si comenzamos a alimentar nuestras palabras de cariño más tenemos la posibilidad de que estas sean las que salgan más fácilmente.

 Lo que genera la conexión que permite que los depósitos se conviertan en acciones son los vasanas que conectan, entre más use un camino se hace más fácil recorrerlo, se convierte en el camino más sencillo y más rápido. 

 La forma en que actuamos está ligada a los depósitos que tenemos y así como ya lo habíamos explorado, se basan en el apoyo, la frecuencia, la relación de causa y efecto. Cada nueva acción genera un nuevo ciclo, genera otro marcaje y es de esta forma que podemos elaborar nuestros propios patrones, entre más los alimentemos se van haciendo más rígidos, es por esta razón que es posible ser rígido tanto con las palabras cariñosas como con las groserías y es necesarios que soltemos ambas rigideces para vivir con la menor cantidad de semillas e impulsos, logrando así que las acciones sean solo acciones y que no estén regidas por marcajes previos.

Sembrado por Elisa Ochoa y Esteban Augusto (Encuentros abril 2020)

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