Muchas cosas sentía, sobre todo ganas de salir corriendo, tan siquiera un perro que me busco juego un rato y me ayudó a recodar porque no debía de huir.

Al pararme frente a todos los presentes e invitarlos a jugar un poco con que se presentaran, se escucharan, y se abrazaran puede reconocer que ahí se estaba reunida toda esa gran familia que se ha tejido con los años, y que entre ellos también se han formado lazos muy fuertes que espero perduren y sirvan para construir muchos nuevos proyectos.

Desde hace algún tiempo venía soñando que en este encuentro debería hacer como Bilbo Bolsón, y simplemente desvanecerme entre la multitud para iniciar nuevas aventuras, esa hubiera sido una gran culminación de mi plan de juntar a todos mis amigos, pero esta vez no fue así.

Algunos me habían dicho que todo esto parecía como una artimaña para venderles algo, otros habían dicho que seguro iba a anunciar un nuevo proyecto como una agencia de viajes, incluso algunos me dijeron que pensaron que les iba a contar que me iba a casar o que iba a ser padre o algo así, otros dijeron que notaron que esto estaba cargado con un aire de despedida, pero la razón para la que les convoqué a todos, aparte de que se reencontraran con esos mejores amigos que puede que aún no conocieran, era para regalarles un libro, uno hecho con la sumatoria de muchos esfuerzos colectivos, y que se supone compila muchas de las reflexiones, charlas, historias y diálogos inspiradores que he tenido en los últimos años. Este libro, y las historias que contiene son una ofrenda para todos los que quieran recibirlas, pero como todo en esta vida funciona desde la reciprocidad, cada uno de los que lo reciban, tendrán que asumir un gran compromiso, el de ofrecer su vez un gran regalo a otro ser, porque sé que para transformar el mundo debemos inundarlo de todo aquello que quisiéramos recibir.