LA MEMORIA, LOS DESEOS Y LOS CONCEPTOS

by - octubre 26, 2020


YOGA VASISHTHA (11)

 LIBRO IV: STHITI KHANDA

Apartados:

Imposible existencia del mundo

Historia de Bhrigo y Shukra

Discurso de Kála

Poder de la mente

Reminiscencias de Shukra

Resurrección de Shukra

Realidad mental del mundo

Nacimiento del individuo uno

El desdoblamiento sujeto-objeto


Cada humano es como una burbuja que emerge después de una caída de agua, y logra ver más o menos de donde viene y hacia dónde va y se estalla, y vuelve a ser agua. La burbuja no es otra cosa que aire dentro del agua. En el caso de los humanos ese aire se podría asimilar a la memoria. Entre más cosas creamos, más sensación de separación vamos generando. Pero llega un momento en que el sistema se resetea, la burbuja estalla, y la memoria se libera.


En el sueño se libera la memoria, los contenidos salen a la superficie, cada que soñamos se suelta eso que recargamos. Si tuviéramos la posibilidad de recordar todo lo que hemos vivido, por lo menos la última semana, detalle a detalle, no podríamos con tanta información. Lo que sucede es que usualmente a través de la memoria reforzamos nuestro sentido de separación. La propuesta sería usar esa memoria para recordar la unidad. Poner cada cosa en su lugar.


Muchas tradiciones le han dado una connotación negativa al deseo. El budismo, por ejemplo, lo ve como el origen del sufrimiento; así como también las tradiciones cristianas. Pero de los siete escalones del conocimiento, el primero es el deseo de liberación, sin deseo no es posible comenzar. El deseo es el que nos motiva y nos impulsa. Lo importante es saber al servicio de quien está ese deseo. Cuando el deseo está al servicio de imaginarios mentales, de memorias acumuladas, terminamos creando en función de esos imaginarios. La tarea es purificar la mente y luego dejarnos guiar por le deseo. En la medida en que nos purificamos, comenzamos a desear de forma distinta, con un propósito diferente. 


Cuando satanizamos el deseo, estamos tratando de destruir una parte de nuestro sistema de funcionamiento que tiene un gran poder. Si no tuviéramos deseo nos dejaríamos morir, nada nos importaría, no buscaríamos respuestas, no nos haríamos preguntas. El deseo pertenece a nuestro sistema básico como seres humanos, el tema es al servicio de quién o de qué está deseo y que tan refinada está nuestra relación con él. El deseo termina siendo una herramienta más y puede que nosotros la usemos o que el deseo nos use. Es posible ser esclavos del deseo y eso nos lleva a comportarnos de forma mecánica. Pero también es posible poner al deseo en su lugar, lo mismo que a la memoria, al instinto y a la mente racional. El asunto no está en destruir al deseo en sí mismo, sino lograr que ocupe su lugar, dejando de ser víctimas y esclavos de él. En la historia se muestra como cuando sucumbimos a esos deseos terminamos creando mundos en los que nos perdemos y alimentamos ese proceso. Mientras no convirtamos esto en experiencias de aprendizaje seguimos atados al deseo.


Sobre el intento de comprender cada concepto


Los textos son de naturalezas diferentes, los Sutras de Patanjali y el Yoga Vasishtha tienen una razón de ser y una forma de invitar al conocimiento desde distintos ángulos. En el caso de Yoga Vasishtha la metodología está más apoyada en lo alegórico, y de esa forma termina creando más conceptos y entre más conceptos se tengan más se enreda la mente. 


La clave en la enseñanza no está en coger a las personas y pasarlas por el molde de entendimiento de quien comparte el conocimiento, sino en tomar el conocimiento y ponerlo a la altura, al nivel y entendimiento de las personas. Eso mismo nos pasa con los conceptos, en el intento de comprender nos quedamos dándole vueltas a las palabras. La clave es tratar de estar más conectados con la forma en que el conocimiento se puede reflejar en la vida práctica.


Normalmente, queremos entender los conceptos con la propia mente, que no es más que una acumulación de otros conceptos. Esto es como tejer con hilos de humo, porque creemos que tenemos algo, que vamos haciendo conexiones de conceptos, pero esta telaraña de conceptos no es más que una ilusión, que se sopla y tal y como el humo, se desvanece. Yoga no es una ciencia del concepto sino de la experiencia. Cuando las cosas se tejen con la experiencia y no con la idea o la definición se cargan con un sabor distinto, intransmisible mediante palabras. Tener buenos conceptos puede ser útil por un tiempo pero llega un momento en que es estéril mantenerlos.


Sembrado por Elisa Ochoa y Esteban Augusto (Encuentros Agosto 2020)





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